“ESTE NIÑO ES
UN TESORO”
En Castilla y León, a nuestro alrededor, hay
niños y niñas que por diversas
circunstancias no pueden ser cuidados por
su familia de origen e ingresan en el
sistema de protección.
En la actualidad más de 84 niños y niñas
esperan una Familia de Acogida en
CASTILLA Y LEÓN, de los cuales unos
65 son mayores de 9 años.
El Acogimiento Familiar es una solución
que permite a los niños y niñas de nuestra
Comunidad integrarse en una familia como
alternativa al internamiento en un Centro de
Protección. Esto es posible gracias a la
colaboración e implicación de familias que
de forma voluntaria y solidaria se ofrecen
para atender a un/a niño/a en su hogar de
manera temporal.
Las familias pueden participar de dos
formas:
TIEMPO COMPLETO.
TIEMPO PARCIAL (algunos fines
de semana, vacaciones o días
intermitentes).
QUIÉN PUEDE ACOGER
Está abierto a personas o familias con
ilusión por hacer sitio en su hogar a uno o
varios niños/as.
Familias monoparentales, biparentales, o
con otro tipo de estructura, sin importar la
edad, el sexo o el estado civil.

APOYOS QUE RECIBEN LOS
ACOGEDORES
Cruz Roja Española en Castilla y León
acompaña durante todo las fases del
acogimiento a través de la formación,
valoración y apoyo a las familias de
acogida. Para ello, dispone de personas
especializadas en cada provincia para
orientar y asesorar a cada familia, facilitar
la integración del niño/a y adaptación del
sistema familiar a la situación de
acogimiento. Además se cuenta con apoyo
telefónico para situaciones de emergencia
durante las 24h.
Las Familias de Acogida reciben una ayuda
para manutención por parte de la Junta de
CyL.
“Siempre hacen falta familias” apunta la
Responsable de Familias de Acogida de
CRUZ ROJA, Adriana Díaz, existen
muchos niños/as que necesitan afecto,
educación, cariño, normalidad, y en
definitiva, una oportunidad en familia.
Acoger es:
“Es proporcionar a más de un niño/a
atención individualizada, cariño, alguna riña
y hasta un ataque de cosquillas”.

983336777
677 912 554
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TESTIMONIOS DE PADRES DE
ACOGIDA
PAULA
Hace un año les cambio la vida por
completo, hace un año que Paula llego a su
casa.
“Cuesta adaptarse a la responsabilidad de
tener una niña, pero la recompensa es
enorme” explica Maribel mientras se
emociona al hablar de Paula.
El principal temor fue la edad de la niña. “Al
saber que tenía 13 años, te asustas un
poco porque es una adolescente y parece
que va a ser más complicado. Aunque en
nuestro caso ha sido totalmente lo
contrario, ya que ella era consciente de su
situación y tenía muchas ganas de
pertenecer a una familia”.
El proceso de acogimiento a los
adolescentes es más largo, debido a que
les cuesta más adaptarse porque ya tienen
una personalidad marcada. “Al principio la
veíamos solamente por las tardes, luego
venía a comer y pasaba con nosotros el
día, un poco después los fines de semana,
las vacaciones y por fin, se vino a vivir a
casa”.
“Estos niños saben muy bien lo que quieren
y van a luchar por ello”.
Desde su fantástica experiencia anima a
que “la gente se plantee acoger
adolescentes, porque es mucho mejor
de lo que parece” y reconoce que
“merece la pena”.

JACOBO
Gladis y Ramón no necesitaban saber qué
es tener un hijo porque ya tienen cuatro,
pero siempre sintieron la necesidad de
hacer algo por los demás.
Llevan dos meses cuidando a Jacobo, un
bebé que llegó a su casa a los cinco días
de nacer. “Es maravillo, nos ha refrescado
muchísimo, porque es como ser mamá de
nuevo pero con experiencia”.
Saben que algún día tendrán que
despedirse de Jacobo, porque pronto será
adoptado. Pero ellos tienen claro que
volverán a acoger y a dar todo el cariño
que les sobra a otro niño/a.

ÓSCAR
Jesús, llevaba muchos años pensando en
el acogimiento y finalmente decidió dar el
paso.
Desde hace unos meses se ocupa de un
niño de 11 años, Óscar. Lo hace los fines
de semana y en vacaciones porque así se
van conociendo “poco a poco”. Y parece
que la cosa funciona, porque Óscar se ha
integrado perfectamente.
Para Jesús la gratificación es ver al menor
contento, ver que la cosa funciona, que la
situación del niño ha mejorado y que es
feliz. Óscar ha ganado una familia y con
ella, una forma más bonita de ver la vida.
Yolanda Maeso, trabajadora social de Cruz
Roja en Palencia explica que todas las
manos son pocas para amortiguar su
necesidad de afecto. “Estamos hablando
de niños/as que han arrastrado una
inestabilidad y necesitan personas en las
que confiar, referentes estables en quien
mirarse.”