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Investigación escrita por: Francisco Javier Maldonado Hdz
Fenómeno estético y cultural del tatuaje
¿como de un acto vandálico, el tatuaje ha pasado a ser un fenómeno estético
cultural?
Estamos entrando en la época en que el tatuaje deja de ser un acto vandálico para
pasar a ser el surgimiento de una nueva normalidad estética y vivencial en el seno de
la sociedad y la configuración de la nueva subjetividad de los tatuados, entendida como
un proceso interactivo, innovador, emotivo y reflexivo, en el que el cuerpo se convierte
en forma de expresión y construcción del sujeto en base a pensamientos y vivencias
del mismo entorno en el que vive.
En esta investigación podremos ver como la industria cultural del tatuaje como lo
son: Herramientas, diseños, tatuadores y estudios de tatuajes, han transitado de los
espacios clandestinos, sucio, vacíos y baratos, a los espacios semipúblicos y después
a los espacios públicos, haciéndose visible y accesible cada vez a público más
heterogéneo.
Como el tatuaje ahora es más frecuente verlo en distintos sectores sociales sin
restricción (o muy poca) de género, de edad o de estatus social, el tatuaje incursiono
en nuevos contextos sociales y adquirió nuevos significados junto con nuevos
pensamientos. ¿Como se produjo tal cambio?¿Porque ahora es más fácil pensarlo
como arte corporal?
También nos podremos dar cuenta, el como con el paso del tiempo tiene
múltiples cadenas de significación en el acto de tatuarse, se piensa que el diseño del
tatuaje es lo más importante para entender su significado, pero la acción misma de
tatuarse y la zona del cuerpo elegida para fijar la imagen, muchas veces tienen mayor
importancia que el dibujo o el diseño, el tatuaje a su vez conecta el cuerpo con una
dimensión simbólica y lo distingue esto como un lienzo y por esto se le considera como
un arte.
Investigación escrita por: Francisco Javier Maldonado Hdz
En el siglo XlX y siglo XX se reconocía al tatuaje como una práctica marginal, de barrio,
y vandálica, que era para clases bajas.1
Un hecho fundamental Que ayudó y revolucionó el fenómeno del tatuaje fue la
invención de la máquina eléctrica a principios del siglo XX
, esto revolucionó
(imagen1)
aspectos claves como la reducción del tiempo de trabajo en cada tatuaje, mejor calidad
en trazos y manejo de dibujo en la piel, ahora con esto el tatuador se metió más a este
oficio y con esto inicio la denominació “profesionalización del tatuaje” siendo esto un
gran salto al oficio de los tatuadores.
(Imagen1 maquina para tatuar siglo XX)
Con esto se pretendía una transformación del estatus del tatuador aficionado a
profesional artista, pero esa transformación no sería nada fácil debido a la larga historia
de desprestigio y estigmatización que la sociedad percibe en esa época como la serie
de valores negativos con lo que se asocia: sucio, peligroso, prohibido y contaminado ya
que no existían lugares establecidos para tatuar y con esto la sociedad veía el tatuaje
como algo impuro.
1
PEREZ FONSECA ANDREA, 2009, p. 72; CUERPOS TATUADOS, ALMA TATUADA.
Investigación escrita por: Francisco Javier Maldonado Hdz
Como dice goffman (1985) Por más especializada y singular que sea una práctica, su
fachada social tenderá a reivindicar hechos que pueden ser igualmente reivindicados y
defendidos por otras prácticas algo diferentes[...] Mientras, de hecho, esos padrones
abstractos tengan un significado diferente en diferentes desempeños de servicios, el
observador es conducido a resaltar las semejanzas abstractas”2
En esta época estaba asociado el tatuaje con suciedad y esta puede ser vista
como una forma social de reacción frente a una acción considerada peligrosa
provocadora de desorden y generadora de algún tipo de anormalidad, esto porque la
normalidad del cuerpo al modificarse viola su estado natural, alterar el cuerpo es crear
un desequilibrio en el orden de las cosas.
El acto de tatuarse provoca intensas emociones físicas y psicológicas,
estudios sobre el tatuaje afirman que la adrenalina aumenta y con ella las
sensaciones de felicidad, satisfacción y relajación.
Con el paso del tiempo buscaban transgredir las normas establecidas, es
decir, redescubrir la eficacia simbólica del trabajo sobre el cuerpo y con esto se
empiezan a crear nuevos propósitos y satisfacciones del tatuaje, van haciendo a
un lado los tatuajes carcelarios y de clase baja.
El tatuaje ahora se empieza a plasmar en el cuerpo en tanto espacio mediador
entre el yo y la sociedad, por medio del tatuaje se hace presente lo ausente y se
expande hacia sentidos abstractos de un cuerpo posmodernos que se libera de
la presión de los otros y recompone sus lazos de identidad. La realidad actual de
las modificaciones corporales empieza a escapar de los lugares marginales y
clandestinos.
2
GOFFMAN, 1985
Investigación escrita por: Francisco Javier Maldonado Hdz
En relación a las más recientes evoluciones del tatuaje da un paso al marco de
las culturas urbanas y se asocia fuertemente con la emergencia y desarrollo de
los grupos juveniles en méxico principalmente predominaron a finales de los
años 70` y principio de los años 80` más tarde en los años 90` con el auge de la
meditación se encuentra otro sentido más al tatuaje y este se denomina la marca
del poder, es como una marca personal, única e irremplazable que gusta por la
adrenalina y sensación de pellizco que duele pero gusta, esto se apropia y
resignifica en el marco de las culturas urbanas juveniles para llenarlos de
significado y sentido complejo y diversos agregando significado mistico y
magico.3
Rossana Reguillo propone una tipología mediante un análisis e investigación con
grupos urbanos juveniles, esta tipología sugiere organizar los tatuajes en dos campos
cada uno dividido en tres categorías. 4
3
4
Rodrigo Ganters, 2001, p 36, De cuerpos, tatuajes y culturas juveniles.
Rossana Reguillo, 2005, la juventud: situación, prácticas y símbolos.
Investigación escrita por: Francisco Javier Maldonado Hdz
El tatuajes es una forma de comunicación exclusiva, que exterioriza una identidad,
sirviéndose del cuerpo como medio de comunicación al igual que se muestra como una
marca corporal, la cual ostentaba al público su deseo de romper las reglas sociales y
situarse en los márgenes de su propia sociedad.
En esta etapa del tatuaje todavía no era muy bien visto el tatuaje en los jóvenes, por el
mismo contexto en el que ellos estaban envueltos y la sociedad veía esto como una
alteración del cuerpo generando un desequilibrio en el orden de las cosas, ya que la
sociedad esta regida por el pensamiento cristiano y en el que toda modificación
corporal se percibe como una profanación del cuerpo y de la imagen de dios, por eso
en ese entonces el tatuaje es encasillado en la categoría y como un acto impuro y
asociado con todos los valores negativos que provoca.
Un punto importante, el cual influyó mucho en la evolución del tatuaje fueron los
tatuadores, el ser tatuador con el tiempo se ha convertido más que una profesión en un
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estilo de vida o una forma nueva de vivir el arte, los exponentes de esta disciplina se
han multiplicado con el paso del tiempo ya son más.
A finales del siglo XlX las personas que tatuaban no contaban con equipo profesional,
fue entonces que ingeniaban máquinas para poder tatuar, al igual que lugares
escondidos, en donde no pudieran ver cuando ellos realizaban sus tatuajes ya que la
sociedad en ese tiempo no veían de buena manera el acto de tatuar, y con esto los
lugares eran sucios, no había higiene en las maquinas de tatuar, al igual que los
tatuajes no eran muy estilizados ni bien definidos por falta de equipo
.
(imagen2)
( imagen2 lyle tuttle 1953 su cochera era su estudio de tatuaje)
Fue entonces que con el paso del tiempo empezaron nuevas tecnologías y maquinas
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de tatuar, mejores métodos y comenzó la profesionalización de este oficio, con esto
ayudando a que se desmitifique su carga social, acabando poco a poco con los
estigmas de la sociedad, con estudios especiales para tatuar contando con equipo
necesario, maquinas de tatuar eléctricas, guantes de latex, agujas esterilizadas y
desechables para una sola sesión del tatuaje.
Con esto la sociedad empezó a ver al tatuador como un pintor que vende cuadros en
la piel.
Con el paso de los años fue incrementando el número de personas con este interés por
tatuar, teniendo la práctica y conocimiento sobre el dibujo, las personas se dieron
cuenta que cada vez incrementaban más los artistas de la piel, entonces para esto
aparecen tres actores; la persona que tiene la idea, aquel que lo plasma y la piel como
elemento en el cual se plasma aquella idea, la concepción de esta idea convertida en
elemento transmisor de los signos establecidos y los cuales son asociados por
influencias sociales previamente determinadas.
Entonces los tatuadores pasaron a ser artistas de la piel.
El tatuaje ha sido simbólico a través de los tiempos, pero a su vez también rechazado y
juzgado, la imagen por medio del cual se refleja, al principio utilizaban imágenes con
poca trascendencia como los marinos, corazones, etc. con colores pocos vivos y esto
ocurria que con el sol se fueran despintando al pasar los años.
El tatuaje se ha considerado una representación simbólica, ya que con el tatuaje
pueden mostrar su descendencia o inclinación cultural, la imagen juega parte
importante en este proceso, así mismo el desarrollo de las técnicas y en especial la
maquinaria han evolucionado, partiendo de agujas y rocas con las cuales se tatuaban
inicialmente a máquinas rudimentarias de 3 agujas muy filosas hasta manejarse hoy en
día una sola aguja y manejando mucho mayor precisión y calidad, así mismo el tatuaje
es utilizado por moda, libertad, y la mayoría de veces para expresar un modo de pensar
vivir y sentir.
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Así mismo la imagen ha ido trascendiendo y desde imágenes religiosas, rostros
familiares, algunas pinturas, hadas, dragones, trebol, tribales, entre otros el ser humano
a tratado de plasmar sus emociones, sentimientos y plasmar un poco lo que es el y su
entorno es su cuerpo.
Dentro del desarrollo del tatuaje otro aspecto que ha ido cambiando son los colores han
ido mejorando sus tonalidades y existen gran variedad, los tatuajes ya hacen parte de
la cultura, ya no es llamada moda ya que ha permanecido y seguirá innovando tanto en
la imagen en los colores, como en las nuevas técnicas que unos arriesgados quieren
poner sobre sus cuerpos para ser diferente a los demás, o siendo esta una forma de
expresión que significa una marca permanente en sus vidas. Aunque la técnicas y
maquinaria halla avanzado es necesario tener gran variedad de ideas a la hora de
plasmar las imágenes dispuestos a la originalidad y al toque que hace diferente a un
tatuador de los demás.
En años pasados (siglo XlX) el tatuaje tenía bien definido el tipo de persona, como
piratas, carceleros, maleantes. Pero con el paso del tiempo se creó el nuevo sujeto del
tatuaje, no parece tener un rostro definido, es diverso no tiene fronteras de género y
cada vez menos de generación, ahora transita por diferentes clases sociales, al igual
que tiene distintos niveles educativos, hace varias actividades, en fin no posee un perfil
social determinado.
Aunque simbólicamente perdure el sentido de “gueto” que identifica al tatuaje con los
sectores marginales, rebeldes o de clase baja, con la práctica y tiempo se rompieron
esos límites sociales desde su ingreso al mundo del mercado convirtiéndose en una
opción estéticocorporal accesible a los distintos públicos.
Hoy en día se puede hablar de los tatuajes como algo decorativo del cuerpo, algo que
identifique nuestra personalidad o simplemente alguna imagen que nos guste como
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para querer llevarla en el cuerpo para toda la vida. en la antigüedad el proceso del
tatuaje era mucho más elaborado que en la actualidad, ya que tenía un carácter
significativamente más ritualista que en el mundo contemporáneo. El tatuaje
contemporáneo urbano se define como “la marca de poder, es como tu marca personal,
única e irremplazable, se puede entender como una obra de arte adherida a la piel, que
se puede apreciar cuando se desee.
Podemos ver los tatuajes en sociedades pasadas siendo estos marcas de identidad,
incluso dependiendo de la sociedad, de su contexto, un mismo tatuaje, dibujo, puede
significar cosas muy diferentes en cada cultura. Para algunos el tatuaje era una parte
natural y espiritual de su vida, tenía un profundo significado cultural y social, y era
normal que el respeto hacia una persona se midiera por la cantidad de tatuajes que
tuviera.
El tatuaje es además un documento histórico y socioantropológico, y en rigor una de
las primeras manifestaciones de graffiti, en el contexto de las culturas juveniles
urbanas, las prácticas del tatuaje, se nutre de las construcciones sociales que las
diferentes épocas realizan sobre sus cuerpos.
El tatuaje tiene para el sujeto un sentido expresivo y narrativo que adopta sus
particularidades a partir de su universo individual, los tatuajes son un modo de hablar
de sí mismo, permitiendo identificarse en sus aspectos más significativos y valorados y
hacerlos visibles. Así, representan afectos, vínculos y valores que al hacerse explícitos
sobre la piel permiten al sujeto autoafirmarse, tanto desde aquello que lo hace diferente
como de aquello que permite reconocer su pertenencia a un grupo de sujetos bien
diferenciado. El tatuaje hoy en día actúa reafirmando el sentido de ser único y diferente,
mientras preserva el sentido de pertenencia.
Los tatuajes actúan como testimonio de la evolución y devenir del sujeto, de su historia
personal y por ello los significados de las figuras tatuadas son profundamente
personales, el cuerpo tatuado habla de las memorias y proyectos del sujeto: de sus
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dichas, desdichas, ansias, temores, ideales, lealtades, ideologías, convicciones y
luchas.
A lo largo del tiempo y su permanencia, el tatuaje evidencia los más firmes
compromisos que tiene que ver con los afectos y con el modo de verse a sí mismo ante
la vida. El tatuaje es motivado por el deseo de expresar la propia voluntad, por la
necesidad de afirmar de manera permanente ante sí mismo y ante los otros la propia
identidad y la diferencia, tanto como hacer explícita la propia filosofía de vida, exponer
el ser interior, objetivar lo subjetivo y evidenciarse desde un registro impreso de la
experiencia de vida.
Ahora el tatuaje se ve como síntesis visual del sujeto, la principal motivación, más allá
del elemento estético es pues, la de dejar testimonio imborrable de sí mismo en su
unicidad, en el sentido justamente de trascendencia ontológica. Por otra parte los
logros en este tipo de práctica tiene que ver con la potencia expresiva del tatuaje que
reflejan la singularidad del sujeto; la “indelebiilidad” del tatuaje, la permanencia de su
sello hasta la muerte como una memoria que sobrevive al olvido, es un costo que a su
vez se constituye en una de las motivaciones que más fuerza le imprimen.
La práctica del tatuaje tiene que ver con una necesidad de sentido en un momento de
la vida, de integrar experiencias y de querer expresar un aspecto de sí mismo, frente a
lo cual la decisión de hacerlo marcando la piel parece responder a esa búsqueda, que
puede experimentarse en sí misma como un logro personal de compromiso con una
idea, valor, experiencia. Las circunstancias del inicio resumen algún interés que puede
ser estético, expresivo o de pertenencia a un grupo.
El tatuaje se inicia al identificar el cuerpo como un lienzo vivo y sensible, como
posibilidad de expresión artística que permite hablar de sí, el dolor que se experimenta
al tatuarse también da sentido a la práctica, el cuerpo es la expresión del sí mismo en
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tanto es texto pictórico, grabado en la piel, que tiene el valor de hacer presente ante los
ojos, de manera permanente y para toda la vida una narración, una historia que cuenta
las experiencias, sentimientos y vínculos significativos del sujeto. El tatuaje, entonces,
no es parte de sí mismo: es una síntesis del sí mismo, al identificar de manera explícita
y objetiva aspectos de la subjetividad.
El cuerpo, entonces se percibe eminentemente como dimensión expresiva y estética, la
percepción de otros, interlocutores, adquiere por tanto un lugar muy importante en la
construcción del sí mismo en tanto aquellos son destinatarios, intérpretes del texto y
confirman el mensaje que es texto vehicula, en la relación sí mismootros. De igual
modo, la percepción de otros respecto al sujeto se vuelve “tema” sobre el cual sujeto
reelabora sus propios significados respecto a sí mismo y los escribe en el tatuaje.
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