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Título: PRESENTACION
Autor: Dr. Jesús Cuevas Sánchez
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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA CHAPINGO
Programa Nacional
de
Etnobotánica
“LA ETNOBOTÁNICA: TRES PUNTOS DE VISTA Y UNA PERSPECTIVA”
Alfredo Barrera
Editor
[Artículos originalmente publicados en la serie: Cuadernos de Divulgación Nº 5 por el Instituto Nacional de Investigaciones
sobre Recursos Bióticos en 1983, multiplicado sin fines de lucro para ser usado como material didáctico del curso de
Etnobotánica impartido en el Departamento de Fitotecnia de la Universidad Autónoma Chapingo así como en el Programa
de Botánica del Instituto de Recursos Naturales del Colegio de Postgraduados, Montecillo, Estado de México, México]
© 1979
INIREB-8103011
ISBN 84-89600-56-2
Chapingo, México
2008
(Décima primera reimpresión)
PRESENTACIÓN
Cada día cobra mayor interés la investigación etnobiológica en México. Tal hecho encuentra su explicación en muy
diferentes motivaciones: la constatación de que el conocimiento, manejo y utilización tradicionales de nuestros recursos
bióticos están sustentados en una sabiduría nada despreciable; la comprobación de que la aplicación de la tecnología
científica moderna no siempre resuelve satisfactoriamente (por los riesgos económicos, ecológicos y sociales que
frecuentemente implica) las necesidades de alimentación, de abrigo y de salud de nuestro pueblo; la convicción de que los
conocimientos etnobiológicos -etnobotánicos, etnozoológicos o etnoecológicos- pueden ser estudiados, desarrollados y
aplicados de nuevo, tanto en sus regiones de origen como en otras, mediante el concurso intelectual y laboral de las
comunidades dispuestas a experimentarlos y la necesidad de encontrar en la pluralidad innegable de nuestros regionales
modos de ser, de hacer y de pensar y en el respeto mismo a dicha pluralidad, una de las partes más sanas del vínculo
ideológico de nuestra nacionalidad, son algunas de las razones aducidas para fomentar la producción en este campo de
estudio situado entre los que formalmente comprenden por una parte, a las Ciencias Biológicas y por otra a las Ciencias
Sociales.
Siendo la Etnobiología una disciplina relativamente nueva, mucho se discute aún sobre su objeto y su método. Por ello y
porque en el VII Congreso Mexicano de Botánica, llevado a cabo en la ciudad de México, D. F., del 15 al 21 de octubre de
1978, fue palpable la falta que hace el contar con publicaciones al respecto, decidimos compilar los estudios que aquí se
presentan y que se refieren al concepto de Etnobiología en general y al de Etnobotánica en particular.
De los cuatro trabajos que hemos compilado en este fascículo, solo uno, el del finado naturalista Manuel MaldonadoKoerdell, había sido ya publicado y ello, en una antigua revista de distribución relativamente restringida -la Revista
Mexicana de Estudios Antropológicos-. Los otros tres fueron presentados por sus respectivos autores en el Simposio de
Etnobotánica que tuviera lugar en el Ex-Convento del Carmen, en México, D. F. , del 25 al 27 de noviembre de 1976 y
cuyas memorias no parecen tener visos de salir a la luz. En aquel Simposio, el trabajo de Maldonado-Koerdell fue anexado
a la documentación suministrada a los participantes; el del ingeniero Efraím Hernández Xolocotzi y el del suscrito, los
primeramente presentados y el último leído, precisamente el del biólogo Javier Caballero. Es este orden en el que aparecen
reunidos aquí.
E1 suscrito, profesor de tiempo completo de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México y
comisionado actualmente en el Instituto de Investigaciones sobre Recursos Bióticos, A. C., dentro de un plan de
colaboración académica entre ambas instituciones, desea agradecer al Director General del INIREB, Dr. Arturo GómezPompa, la publicación de estos trabajos como un primer fruto de dicha colaboración.
Alfredo Barrera
Xalapa, Ver., 20 de noviembre de 1978.
2
ESTUDIOS ETNOBIOLÓGICOS. I DEFINICIÓN, RELACIONES Y MÉTODOS DE LA
ETNOBIOLOGÍA*
Manuel Maldonado-Koerdell
La Etnobiología es una de las adiciones más recientes a las ciencias antropológicas. Difícil resulta precisar su
contenido y límites, pues como toda disciplina nueva ni tiene deslindados sus alcances ni se han aislado sus problemas, que
también se plantean en otras ramas de la Biología y de la Antropología. Desde el punto de vista etimológico el nombre que
se ha dado a la Etnobiología resulta inadecuado para el objeto de sus investigaciones. En efecto, ateniéndose estrictamente
al significado de las voces, la Etnobiología vendría a ser el estudio de la Biología de las Razas. Pero, como se verá después
en la práctica de todo se ocupa esta ciencia menos de tal cuestión, que si se considera con mayor o menor detalle en
Antropología Física, en Biología Humana y en ciertos capítulos de la Etnología. Tal vez sería conveniente para la precisión
del lenguaje científico acuñar otro término que designase el conjunto de hechos y problemas analizados por la Etnobiología
y el método seguido en su investigación.
En la distinción lógica de los conocimientos, de acuerdo con Rickert, importa señalar no solo los objetos que se
tratan, sino también los métodos que se aplican. Es fácil señalar los objetos que trata la Etnobiología: plantas y animales,
pero ya no es tan fácil definir sus métodos de trabajo, que incluyen también sus relaciones con otras ciencias. ¿Cómo definir
la Etnobiología? ¿Es una simple descripción botánica y zoológica de las plantas y animales que han utilizado los distintos
grupos humanos?. ¿Resulta la Etnobiología, en realidad, un capítulo más de la Ecología Humana? ¿Conviene que en el
análisis de los hechos los investigadores se desentiendan del aspecto cultural de esta nueva ciencia? ¿Deben circunscribirse
los etnobiólogos al punto de vista estrictamente utilitario y descuidar el matiz histórico, ropaje por excelencia de la
Antropología? ¿Cuál es, finalmente, el método a seguir en los trabajos etnobiológicos. He aquí una serie de preguntas que se
tratará de contestar y cuyo examen precisarán insensiblemente el concepto de Etnobiología y sus relaciones con 1a
Antropología, distinguiéndola de otras ciencias y definiendo sus centros de interés.
Entiéndese por los antropólogos que la Etnobiología tiene a su cargo e1 estudio de la utilización de las plantas y
animales, en una región cualquiera, por un grupo humano definido, que la habita o viene a ella para obtenerlos.
Quedan a la vista, desde luego, diversos puntos importantes. Esencialmente la Etnobiología es una descripción de
hechos particulares referentes a organismos y a su utilización. En esto se relaciona estrechamente con la Biología que los
estudia en todas sus manifestaciones vitales, aunque la Etnobiología tenga un criterio distinto, puesto que se ocupa poco o
nada, por ahora, de la formulación de conclusiones o de la aplicación práctica de los resultados. Obviamente siendo la
Botánica y la Zoología las dos ramas fundamentales de la Biología, la Etnobotánica y la Etnozoología lo serán, a su vez, de
la Etnobiología. Históricamente han nacido por separado estas ciencias y se debe señalar que la Etnobotánica (por su interés
en la invención de la Agricultura, base y cimiento de la civilización humana) logró atraer primeramente la atención de los
antropólogos. No por ello hay que desconocer las importantes contribuciones que ha dado también la Etnozoología,
especialmente en lo que se refiere a la domesticación de los animales.
Las plantas y animales de las diversas regiones de la Tierra han sido muy útiles, en distinta forma, a los grupos
humanos. Sin contar su función básica como alimentos, han servido de materia prima a muchas culturas, han sido adorno y
prenda de vestir tal como se les encuentra en la naturaleza o transformados, han desempeñando importante papel en mitos y
tradiciones y han sido usados en ceremonias religiosas y civiles. Son las plantas y animales, en suma, objetos de alto interés
para la Antropología.
Pero para que su estudio tenga valor etnobiológico, debe hacerse en función del grupo humano que los utiliza y
situarlo en el complejo cultural correspondiente. Así, la Etnobiología se liga a la Etnología y a la Historia de la Cultura,
puesto que estudia los materiales básicos.
Ahora bien, no siempre las plantas y animales de una región son usados por el grupo humano que la habita, ya
porque su recolección, caza o pesca es difícil o imposible, ya porque el ritual exige que deben buscarse en otro sitio.
Entonces hay que investigar las causas que determinan tales hechos (distribución de los recursos naturales y dificultad o
imposibilidad de acceso a ellos) y establecer las consecuencias a que dan lugar (migraciones individuales o de grupo,
métodos de obtención, ritual relacionado con su recolección, caza o pesca, etc.) En estos casos puede suceder: a) que los
habitantes de la región en que se encuentran tales o cuales plantas o animales no los utilicen, b) que los habitantes de otras
regiones vengan a ella para obtenerlos, por exigirlo así la tradición o el ritual, c) que los habitantes de una región vayan a
*
Conferencia sustentada ante la Sociedad Mexicana de Antropología en su sesión ordinaria del 19 de diciembre de 1940. Transcripción de1 artículo
publicado originalmente en 1a Revista Mexicana de Estudios Antropológicos, 4(3):195·202. 1940.
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otra y los de ésta vengan, para llevarse lo que necesitan respectivamente. Por otra parte, la utilización de las plantas y
animales puede hacerse en el mismo lugar o lejos de allí, estableciéndose nuevas modalidades y usos.
Síguese de los anteriores asertos que cualquier investigación etnobiológica debe comenzar por la identificación,
descripción y clasificación de los organismos del caso. En este aspecto la Etnobiología debe sujetarse estrictamente a las
reglas de la nomenclatura botánica o zoológica, pero sin perder de vista que ello es solamente un medio para entenderse y
no un fin. No siempre es fácil llegar a una correcta identificación y clasificación de una planta o animal, especialmente
cuando por haberse extinguido o dispersado la especie, hay que atenerse exclusivamente a referencias de carácter histórico;
v. gr. ahora es casi imposible determinar la posición taxonómica de los famosos "perros de engorda" de los aztecas, pues las
descripciones de los cronistas son insuficientes para clasificarlos y están, además, totalmente extinguidos.
En ocasiones el estudio morfológico y taxonómico debe llevarse al último extremo, incluyendo investigaciones
experimentales, al resolver una cuestión etnobiológica. Como tipo de estos trabajos y modelo a la vez de memoria
etnobiológica, debe citarse la monografía de Mangelsdorf y Reeves sobre el "Origen del maíz y de sus parientes", publicada
en el año de 1959, en la cual el problema genético y la historia cultural de dicha planta han quedado prácticamente agotados.
Las descripciones etnobiológicas de plantas y animales desbordan la simple relación de carácter y posición
sistemática, ya que el estudio debe atender al valor cultural que tengan para uno o varios grupos humanos y a su historia
individual en relación con estos. Aquí se encuentra la diferencia fundamental entre una descripción botánica o zoológica y
una investigación etnobiológica.
Una vez definida la identidad y la posición sistemática de una planta o de un animal, debe situarse su conocimiento
y modo de utilización en el complejo cultural a que pertenece. Este es otro de los aspectos más característicos de la
Etnobiología. ¿Qué valor cultural tiene tal o cual organismo? ¿Cómo se utiliza? He ahí la cuestión fundamental para
cualquier estudio etnobiológico, que fija el fin primordial. Las investigaciones etnobiológicas que no contribuyen al
conocimiento del valor cultural y de los modos de utilización de las plantas y animales por los grupos humanos carecen de
significado para aquella ciencia.
A través del estudio del valor cultural de plantas y animales puede irse fijando el papel que han desempeñado en la
evolución de la Humanidad. Puesto que al decir de Lucien Fevbre, “Dondequiera que el hombre y los productos naturales se
enfrenten, interviene la idea” resulta obvio que al etnobiólogo deba importarle este aspecto de la explotación de la
naturaleza, revelada en el “cuerpo de objetivos específicos y valores que forman un complejo cultural”. Esto da a la
Etnobiología un carácter de ciencia esencialmente cultural, ya que estudia hechos que suponen una acción cuyos móviles
psicológicos son precisos, pues resultan de una elaboración mental definida. En todo proceso cultural está incorporado un
valor, reconocido y utilizado por el grupo racial que lo aprovecha y el etnobiólogo debe empeñarse en precisarlo. Si no
logra hacerlo, sus descripciones serán meros relatos de hechos aislados sin utilidad para la Antropología.
Si se considera atentamente el problema de la utilización de ciertos organismos por un grupo étnico, pronto se
caerá en cuenta de que es una consecuencia de la invasión y ocupación de la región en que se encuentra, es decir, la
explotación de la naturaleza es una fase, más general, del proceso de adaptación al medio de los grupos humanos. En esto
llega la Etnobiología al terreno de la Ecología. El problema de los recolectores, cazadores y pescadores no puede explicarse
si no es tomando en cuenta el ajuste de los seres humanos a la región en que viven o en la que buscan las plantas y animales
útiles. En otras palabras, puesto que el aprovechamiento de la naturaleza por los grupos étnicos es una consecuencia de su
adaptación a las condiciones dadas con anterioridad en las distintas regiones, la Etnobiología debe atender al estudio de las
sutiles relaciones entre los individuos y el medio que habitan, tratando de precisar las influencias que éste haya tenido sobre
el desarrollo cultural de aquellos, sin perder de vista que los hombres son capaces de cambiar y aún de substituir por
completo un cuadro natural, estableciendo nuevas condiciones de vida en sitios en las que faltaban por completo.
Este carácter de la Etnobiología no es considerado generalmente en las investigaciones particulares de los distintos
problemas, aunque su importancia salta a la vista. Casi siempre se pasa por encima del problema ecológico en Etnobiología
o se le considera secundariamente o queda oculto detrás del aspecto puramente etnológico. La adaptación al medio y el
aprovechamiento de plantas y animales son distintas facetas de la misma cuestión que la Etnobiología puede y debe
considerar, tal vez con mayor amplitud y con mayores frutos que otras ramas de la Antropología. Puede establecerse que la
adaptación al medio condiciona el aprovechamiento de la naturaleza, aun en el caso de extrema pobreza de aquel, como lo
ha revelado el estudio etnobiológico de los indios pápagos de los desiertos de Sonora y Arizona, que sostienen esforzada
lucha contra un medio hostil y mísero.
El etnobiólogo no debe limitarse al aspecto ecológico de la explotación de la naturaleza, que al igual del puramente
taxonómico, es solo un lado del problema. El fenómeno de la adaptación al medio en la especie humana reviste caracteres
muy peculiares, que deben tenerse siempre presentes. Los hombres son los únicos seres en la escala zoológica que han
elaborado una cultura, es decir, que han transformado a 1a naturaleza, utilizándola y cambiándola para ajustarla a sus
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necesidades. Esta transformación se manifiesta de mil modos en los productos que logran con sus métodos de explotación
de los recursos naturales, verdaderas "creaciones perdurables" como las llama Hellpach, resultantes de la utilización de
plantas y animales en muchos casos y por consiguiente, objetos de interés para la Etnobiología, que debe investigar su
obtención o fabricación, sin extraviarse en los detalles puramente técnicos en cuanto no signifiquen algo para su
conocimiento.
Pero la utilización inmediata o tardía de los organismos por los grupos humanos es sólo una etapa del proceso de
elaboración cultural. Aunque la finalidad de la Etnobiología es el conocimiento de los métodos de utilización de las plantas
y animales por los grupos étnicos, el análisis debe llevarse con criterio histórico, puesto que el desarrollo cultural es
esencialmente acumulativo y asimilatorio. Importa, pues, que el etnobiólogo tenga presente que las actividades humanas
están reguladas por un largo y complejo proceso de acumulación cultural y de integración y que para la Antropología resulta
fundamental que se defina este aspecto de la explotación de la naturaleza. No obstante, conviene que los investigadores se
limiten a la sola descripción de hechos, sin formular conclusiones ni leyes inexistentes e inaplicables en el devenir
histórico. La Etnobiología al estudiar el aprovechamiento de plantas y animales por los grupos humanos, se limita a exponer
la significaci6n que tienen en el complejo cultural respectivo y a la descripción de hechos particulares, cuya explicación no
puede concretarse en alguna fórmula aplicable universalmente.
Y con esto se llega directamente a la cuestión del método a seguir en los trabajos etnobiológicos. ¿Existen reglas en
la Etnobiología? Es indudable que las hay, si se recuerda cuanto se lleva dicho sobre su contenido y relaciones con otras
ciencias. Evidentemente la Etnobiología es una ciencia de particularidades, histórica en su método, que aspira a un
conocimiento más íntimo del problema de la explotación de la naturaleza por los grupos humanos y a destacar la
significación cultural de plantas y animales. En consecuencia los etnobiólogos deben identificar, describir y clasificar los
organismos que tengan o hayan tenido un valor cultural para un grupo humano, conocer su distribución y relaciones
ecológicas con el grupo del caso, precisar ese valor y modos de utilización, fijándolo en el complejo cultural
correspondiente, describir la secuela histórica de su conocimiento y uso y abstenerse de formular conclusiones o 1eyes que
no interesan a la Antropología.
En el análisis particular de los hechos son buenos todos lo procedimientos que satisfagan los fines indicados:
estudios sobre el terreno, consulta de claves taxonómicas, experimentos de laboratorio, referencias históricas de cualquier
genero, observación de grupos étnicos "residuales", etc., que puedan servir para el caso. En ocasiones unos procedimientos
darán mejor resultado que otros, pero en la mayoría deberán utilizarse todos, sin perder de vista el carácter esencialmente
sintético de la Etnobiología.
BIBLIOGRAFÍA
1. Castetter, E. F. y Underhill, R. M., II. “The Ethnobiology of the Papago Indians”. University of New Mexico Bulletin.
Ethnobiological Studies in the American Southwest. Whole number 275. October 15, 1935. University of New Mexico Press.
A1burquerque, N. M., U.S.A.
2. Forde, C. D. Habitat, Economy and Society, a Geographical Introduction to Ethnology. Conclusion. Harcourt Brace and Co. New
York, U.S.A. (s. f.)
3. Hellpach, W. “Geopsique, el alma humana bajo el influjo de tiempo, clima, suelo y paisaje”. Introducción 3. Espasa-Calpe, S.A.
Madrid, 1940.
4. Mangelsdorf, P. C. y Reeves, R. G. “The Origin of Indian Corn and its Relatives”. Bulletin 574 (monograph). Texas Agricultural
Experiment Station. College Station, Texas. U.S.A. May 15, 1939.
5.
Rickert, H. “Ciencia Cultural y Ciencia Natural”, cap. III. CALPE. Madrid, 1922.
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EL CONCEPTO DE ETNOBOTÁNICA*
I. INTRODUCCIÓN
Efraím Hernández Xolocotzi**
Colegio de Postgraduados
ENA, Chapingo, México
La Etnobotánica es el campo científico que estudia las interrelaciones que se establecen entre el hombre y las
plantas, a través del tiempo y en diferentes ambientes. En México este fenómeno se inicia a partir de la invasión de su
territorio por poblaciones humanas asiáticas con conocimientos anteriores de recolecta y de caza adquiridos en otros
ámbitos; acusa un periodo largo de relaciones primarias de recolecta y de cacería; inicia los procesos conducentes a la
utilización de los recursos por medio de la agricultura y a la domesticación de numerosas especies de plantas y algunas
especies animales; culmina en una etapa agrícola y urbanista al momento de la conquista española; acusa fuertes impactos
de infiltración cultural durante el periodo colonial; y desemboca en el cuadro actual en el cual intervienen, la persistencia de
utilizaciones tradicionales de los recursos, el inicio y expansión de la llamada "revolución verde", la ampliación de las
infraestructuras necesarias para configurar una unidad socioeconómica nacional, el impulso a las actividades industriales, y
la formación de centros urbanos con alta concentración de poblaciones humanas.
Los elementos de las interrelaciones hombre-planta, motivo de estudio de la Etnobotánica, están determinados por
dos factores: a) el medio (las condiciones ecológicas) y b) por la cultura. Al estudiar dichos factores a través de la
dimensión tiempo, se puede apreciar, que estos cambian cuanti y cualitativamente: el medio por modificaciones en los
componentes de dicho ambiente y por la acción del hombre y la cultura por 1a acumulación, y a veces por la pérdida, del
conocimiento humano.
II. FACTOR AMBIENTE
E1 estudio del factor medio en si conduce al entendimiento de que éste está caracterizado por: la Geología (estudio
de la secuencia formativa de la Tierra; los procesos dinámicos de modificaciones terrestres y marinas; las resultantes de
dichos procesos); la Geografía (estudio de la configuración actual de la capa terrestre y el fondo marino; las relaciones
actuales entre tierra y agua; las relaciones altitudinales; los escurrimientos superficiales); la Climatología (el estudio de la
dinámica en tiempo y espacio de los movimientos atmosféricos; las tendencias de los fenómenos térmicos, precipitaciones,
evaporación en tiempo y espacio; el estudio de las tendencias cíclicas y causas de dichos fenómenos) la Pedología (el
estudio de la génesis de los suelos y su relación con los materiales primarios disponibles, con el clima prevalente, con los
micro y macroorganismos a través de1 tiempo; el estudio de las características del suelo y su relación con procesos de
utilización).
Estos factores físicos del medio tienen relación y son afectados por los factores bióticos constituidos por flora y
fauna. La importancia de la flora reside en su capacidad de utilizar la energía solar para producir materiales orgánicos, de
intervenir en los procesos de formación del suelo, y de participar en el ciclo hidrológico de las superficies terrestres. La
fauna participa en las múltiples cadenas tróficas de consumo, juega un papel variable en la reproducci6n y distribuci6n de
propágulos vegetativos, y junto con las plantas constituyen los degradadores microorgánicos importantes en los ciclos de
energía, de materias y de minerales en los ecosistemas.
III. FACTOR CULTURAL
E1 factor cultural se origina y se define por las características funcionales que el hombre, como organismo
altamente organizado, ha heredado y desarrollado a n grado:
a) locomoción bípeda y amplia habilidad manual;
b) coordinación cerebral conducente a la capacidad de memoria y de conjugación de las experiencias registradas;
*
Trabajo presentado en el Simposio de Etnobotánica organizado por el Departamento de Etnología y Antropología Social (INAH-SEP) y el Departamento
de Biología de la Facultad de Ciencias (UNAM) en la Ciudad de México, D. F., del 25 al 27 de noviembre de 1976.
**
Profesor-investigador, Rama de Botánica. Colegio de Postgraduados de la Escuela Nacional de Agricultura, Chapingo, México.
6
c) alta capacidad de intercomunicación incluyendo el uso de gestos, sonidos especialmente vocales, representación
pictográfica y simbólica; intercomunicación, por ende, limitada a espacios estrechos o sin la necesidad de la presencia de los
intercomunicantes, limitada a simultaneidad de tiempo o sin limites temporales;
d) largo periodo de aprendizaje; dado por las modificaciones óseas resultantes del habito bípedo lo cual obliga el
desprendimiento de la cría antes de su pleno desarrollo morfológico y funcional; esto redunda en un periodo de varios años
de relación íntima madre-cría, periodo durante el cual ocurren los procesos básicos de aculturación; en la actualidad este
proceso continúa en las instituciones educativas;
e) alta capacidad de organización social; aparentemente basada en la característica fisiológica de Homo de poder efectuar el
contacto sexual en cualquier época reduciendo los efectos del periodo de celo durante los cuales afloran actividades
fuertemente disruptivas de la organización social, y las ventajas básicas psicológicas de las actividades conjuntas y las
ventajas de las actividades de grupo en los procesos de supervivencia y de producción.
IV. RESULTANTES DE LA INTERACCIÓN HOMBRE-AMBIENTE EN LA DIMENSIÓN TIEMPO
Se establece que la interrelación hombre-planta se inicia desde el momento en que los factores establecen contacto;
también se establece que dichas interrelaciones cambian en calidad y en cantidad; se amplían y se pueden reducir a través
del tiempo. Para facilidad de exposición, subdividimos estas interrelaciones en torno a los dos polos fundamentales: el
hombre y el ambiente.
A. Resultados de la Dimensión Cultura.
Sugerimos que la dimensión cultura se refleja y puede estudiarse en torno a los siguientes fenómenos:
1. Generación y acumulación de conocimientos -desde las fases en que predominaron los sistemas empíricos, hasta el
presente en el cual se considera que la ciencia y su metodología constituyen el Organum o el proceso más poderoso al
alcance del hombre para la adquisición de nuevos conocimientos.
2. Implementos, su invención y su mejoramiento - la conciencia del hombre para explorar formas de resolver problemas
físicos, aunado a su capacidad manual y el desarrollo de dicha capacidad, se refleja en implementos; 1as características de
dichos implementos a través del tiempo muestran cada vez mayores habilidades, e1 uso de técnicas más refinadas, el uso de
nuevos materiales, una mayor abstracción en diseño y ejecución; los implementos también reflejan cambios en la capacidad
del hombre de modificar su ambiente.
3. Amplitud y profundidad en la capacidad de manipulación del ambiente -un bosquejo de esta fase de desarrollo cultural
nos conlleva a los siguientes aspectos: a) recolecta y caza y sus repercusiones sobre las poblaciones y la genética de las
especies; b) nuevas técnicas en los procesos de transformación de las materias primas disponibles lo cual amplía la gama de
productos posibles de consumo humano; c) procesos de degradación y de mejoramiento de los recursos.
4. Definición del proceso agrícola y la domesticación de plantas y animales.
5. Desarrollo del urbanismo.
6. Desarrollo del proceso industrial.
7. Definición y ampliación del proceso educativo formal.
8. Ampliación de los procesos de organización socioeconómica.
9. Ampliación y restricciones territoriales.
10. Relaciones imperialistas y colonialistas.
B. Resultados de la Dimensión Ambiente.
Enfocando nuestra atención a1 polo ambiente, se pueden sugerir los siguientes aspectos:
1. Cambios en las dimensiones territoriales.
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2. Intensidad en la utilización de los componentes bióticos.
3. Intensidad en el uso de los recursos en general.
4. Calidad y cantidad de las repercusiones en el uso de los recursos.
5. Extensión socio-económica en el uso del ambiente territorial propio del grupo humano bajo estudio y del ambiente
extraterritorial.
E1 estudio conjugado de las interrelaciones hombre-planta a través de la dimensión tiempo, nos indica que el
campo etnobotánico involucra claramente procesos dialécticos, por lo que la metodología por aplicarse debe corresponder a
dicha característica de los procesos en estudio.
V. INTERROGANTES ETNOBOTÁNICAS
Para ejemplificar el marco de referencia aquí propuesto para los estudios etnobotánicos, sugerimos que las
siguientes interrogantes quedarían dentro del campo científico de la Etnobotánica.
¿Cómo acumula el hombre conocimiento del ambiente?
¿Cómo transmite dichos conocimientos?
¿Cómo genera tecnología para utilizar los recursos?
¿Cómo precondiciona plantas y animales para su domesticación?
¿Cómo selecciona bajo domesticación a las especies domesticadas?
¿Cómo genera los conocimientos de las interrelaciones ambiente y producción de las especies domesticadas?
¿Qué relaciones se generan entre los procesos de preparación de alimentos y la amplitud e intensidad en el uso de los
recursos?
¿Qué interrelaciones se generan entre recursos alimenticios utilizados y las características del hombre en lo individual y en
su organización socio-económica?
¿Cuáles son los efectos de la infiltración cultural sobre la relación hombre-planta?
¿Cuáles son las relaciones etnobotánicas a nivel de uso tradicional de los recursos con la ciencia de la genética; con los
estudios de mejoramiento agronómico; con los trabajos de mejoramiento genético de las especies domesticadas?
¿Cuál es el impacto de la ciencia y la tecnología científica, sobre la relación hombre-planta?
¿Cuál es el impacto de la revolución industrial?
¿Cuál es el impacto del fenómeno de macrópolis sobre la relación hombre-planta?
¿Cuáles pueden ser las relaciones hombre-planta en el futuro?
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VI. CONSIDERACIONES GENERALES
De este bosquejo deben estar claras las siguientes consideraciones:
Primero. La Etnobotánica centra su atención en la relación hombre-planta.
Segundo. E1 establecimiento de otros polos de interés dentro del marco general planteado, define el campo parcial o total
de otras disciplinas científicas tales como la Sociología, la Psicología, la Antropología, la Ecología, la Historia.
Tercero. E1 desarrollo de la Etnobotánica dependerá de sus propias investigaciones y de la riqueza de las interrelaciones
que se establezcan con otras disciplinas científicas.
Cuarto. México, en la actualidad, es una de las regiones más favorables para los estudios etnobotánicos por los procesos
pre-históricos e históricos registrados y por la persistencia de conocimientos empíricos sobre la relación hombre- planta en
diferentes periodos de la dimensión tiempo.
Quinto. Con relación a la interrogante sobre la utilización de los conocimientos etnobotánicos, considero que la función
primordial de la ciencia es la de generar conocimientos. Dichos conocimientos se convierten en un instrumento para
modificar el ambiente.
La pregunta, por lo consiguiente se convierte en ¿quién, cómo y para quién se usará dicho conocimiento?
Esta es una pregunta cuya respuesta dependerá del medio socio-económico, de los procesos de aculturación de
nuestra población en general y de nuestros profesionales en particular y cuya respuesta compete a los campos de la
Filosofía, de la Economía, de la Política, de la Sociología y de 1as instituciones de planeación y de ejecución de nuestros
esquemas gubernamentales.
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LA ETNOBOTÁNICA
Alfredo barrera*
Departamento de Biología
Facultad de Ciencias
UNAM
Se debe a Harshberger (1896) la expresión, repetida por Jones (1941) y otros autores, de que la
Etnobotánica no consiste en el mero enlistado de especies vegetales útiles, sino en “el estudio de las
interrelaciones del hombre primitivo con las plantas” (Martínez Alfaro, 1976a).
La mayor parte de los estudios etnobotánicos se han llevado y se llevan a cabo en comunidades
calificadas como primitivas por su notable dependencia del ecosistema en que se encuentran enclavadas; pero,
tal hecho no caracteriza necesariamente a la Etnobotánica y por lo tanto, no puede servir para definirla (Rosas,
1975).
En realidad, la definición anterior refleja una actitud consciente o inconscientemente clasista, culturista,
etnocentrista, egoísta y folklorista. En una sociedad dividida en clases, tal actitud es explicable en los científicos
que dejamos de estudiar objetos, hechos y fenómenos naturales para interesarnos en hechos y fenómenos
culturales propios de grupos humanos que difieren de aquel al que pertenecemos (o con el cual nos
identificamos) en su apariencia física y en sus modos de ser, de hacer y de pensar. Frecuentemente nos
colocamos, identificados con la ideología de la clase dominante, como intelectuales que podemos tratar los
objetos de nuestro estudio con la superioridad que nos confiere el pretender poder hacerlo con objetividad
científica y no con la lógica empirista (también objeto de estudio) de nuestros informantes, pertenecientes a
distintas culturas y subculturas no siempre bien comprendidas e incluso menospreciadas.
En nuestro país la separación de clases se encuentra asociada a la discriminación racial: el término indio
es para el burguesito mexicano sinónimo de pobre, de ignorante y de inculto.
A los pequeñoburgueses citadinos, más o menos mestizos, cultivados o no en nuestras escuelas de
enseñanza superior, nos parece natural que un estudio etnobotánico sea realizado en una comunidad maya o en
una huichol, pero nos cuesta trabajo aceptar que también podría llevarse a cabo entre los dueños de las
mansiones de una pretenciosa zona residencial urbana. Y más trabajo nos cuesta admitir que los miembros de
esa élite pudieran demostrar mayor ignorancia y menor riqueza cultural que los de las comunidades indígenas.
En nuestro país son todavía 1os grupos con tradición indígena los que demuestran tener una mayor
riqueza de conocimientos sobre su entorno vegetal. Los grupos indígenas que han podido conservar parte
importante de su acervo cultural tradicional, son estudiados por "nosotros" y no pueden ellos estudiarse a si
mismos, porque el "progreso" de los miembros de esas comunidades, o sea su incorporación a lo que suponemos
que somos "nosotros", lleva implícito el rompimiento con ellas y con sus patrones culturales. Esto último puede
decirse también de lo que ocurre en el paso de una clase social a otra y aún dentro de cada clase, de un status a
otro.
E1 problema es pues, uno de discontinuidad cultural: en el caso de los países que, como el nuestro,
después de alcanzar un alto grado de civilización, han sufrido la conquista europea del siglo XVI, al violento
quebranto que esta significara para las minorías culturales, ha seguido un diario y prolongado enfrentamiento de
éstas con la "verdadera civilización" la que al absorber a sus miembros y al convertirlos en sus propios
enemigos, refuerza el sistema que se opone a su desarrollo.
Tal situación, difícil de superar en las condiciones que prevalecen en los países que en su proceso de
desarrollo se encuentran en la fase de un capitalismo dependiente, tiende a deformar la realidad del proceso
histórico, a aumentar la incomprensión social y a disminuir la objetividad en la interpretación de los fenómenos
socio-económicos.
*
"Trabajo presentado en el Simposio de Etnobotánica organizado por el Departamento de Etnobiología y Antropología Social (INAH-SEP) y el
Departamento de Biología de la Facultad de Ciencias (UNAM) en la Ciudad de México, D.F., del 25 al 27 de noviembre de 1976.
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Schultes (1941) pretende resolver e1 problema diciendo que “en su más amplio sentido, la Etnobotánica
es el estudio de las relaciones que existen entre el hombre y su ambiente vegetal. . . “ y que “en un sentido más
restringido, se ha considerado solamente como el estudio del uso de las plantas cultivadas y silvestres por los
pueblos primitivos, usualmente los aborígenes”. Y al añadir dicho autor a ta1es definiciones que “los hombres de
ciencia de una y otra escuela están poniéndose cada vez más de acuerdo para reconocer la Etnobotánica en su
sentido más alto, el cual incluye tácitamente el restringido. . .” lo único que logra es poner en evidencia la
naturaleza etnocentrista de su compromiso.
Debemos a Maldonado-Koerdell ( 1940) el primero y más serio intento llevado a cabo en México para
definir la Etnobiología, establecer sus relaciones con otros campos del conocimiento y trazar sus métodos. Para
este autor, “la Etnobiología es una de las adiciones más recientes a las ciencias antropológicas”; sus objetos de
estudio son plantas y animales; “pero, para que su estudio tenga un valor etnobiológico, debe hacerse en función
del grupo humano que los utiliza y situarlo en el complejo cultural correspondiente. Así, la Etnobiología se liga a
la Etnología y a la historia de la Cultura, puesto que estudia los materiales básicos”
Dice también Maldonado-Koerdell que "entiéndese por los antropólogos que la Etnobiología tiene a su
cargo el estudio de la utilización de las plantas y animales, en una región cualquiera, por un grupo humano
definido, que lo habita o viene a ella para obtenerlos".
Aparte de que nos ha parecido provechoso evitar discutir ahora, si los antropólogos pudieran tener (que
no debieran) un concepto diferente de la Etnobiología que los biólogos, hemos decidido evitar también el uso del
término utilización en un sentido rector al definir lo que entendemos por Etnobotánica. En la definición que
sigue -que puede aplicarse, cambiando el término, a la otra gran rama de la Etnobiología, la Etnozoología- se
verá que en lo que sí estamos de acuerdo con Maldonado-Koerdell (loc. cit. ) es en insistir en que los estudios
etnobotánicos van más allá de los que puede pretender la investigación botánica que en ellos se requiere, puesto
que sus metas se concentran alrededor de un punto fundamental que es el de la significación o valor cultural de
las plantas en una determinada comunidad humana:
La Etnobotánica es el campo interdisciplinario que comprende el estudio e interpretación del
conocimiento, significación cultural, manejo y usos, tradicionales, de los elementos de la flora. Al decir
tradicionales, queremos indicar que dichos conocimientos, valor cultural, manejo y usos, han sido hechos suyos
y transmitidos a través del tiempo por un grupo humano caracterizado por su propia cultura1. La raíz etnos debe
traducirse aquí como pueblo, pero no solo en un sentido racial, sino social y cultural. En pocas palabras, el
principal objeto de la Etnobotánica es el estudio de las sabidurías botánicas tradicionales.
Lo dicho hasta aquí implica, entre otras cosas, que aceptamos la existencia de diferencias culturales no
solo entre comunidades étnicas sino entre clases sociales y aún dentro de ellas. Estas últimas se deben no solo a
regionalismos que pueden ser enmarcados horizontalmente en el ámbito geográfico, sino a los que de un modo
vertical son determinados por la división del trabajo y el status social de los miembros de una comunidad.
Por esto último, la investigación etnobiológica y por ende la Etnobotánica, tiene que ser eminentemente
regionalista; que debe tomar en consideración que la cultura es un fenómeno colectivo y que por lo tanto, ni
siquiera en uno de sus aspectos es posible tomar como representativa una muestra, una información o a un solo
informante de la comunidad en estudio, ni a ésta separada de su contexto ambiental e histórico.
Maldonado-Koerdell (loc. cit.) afirma que “. . . los etnobiólogos deben identificar, describir y clasificar
los organismos que hayan tenido un valor cultural para un grupo humano, conocer su distribución y relaciones
ecológicas con el grupo del caso, precisar ese valor y modos de utilización, fijándolo en el complejo cultural
correspondiente, describir la secuela histórica de su conocimiento y uso y abstenerse de formular conclusiones o
leyes que no interesan a la Antropología”.
Si en la última frase hubiese dicho Maldonado-Koerdell interesen en lugar de interesan y Ciencia en vez
de Antropología, hubiésemos comprendido mejor su escrúpulo y su cautela para evitar el aspecto interpretativo
1
De entre las numerosas y variadas definiciones de cultura, e1 autor ha escogido la que señala que ésta es el particular conjunto de modos de ser, de hacer
y de pensar de una colectividad. Los rasgos principales de dicho conjunto cambian, no solo en relación con el medio geográfico, sino en función de las
circunstancias que norman las relaciones económicas y sociales tanto entre los miembros de la colectividad como entre diferentes colectividades. N. del A.
11
en el ejercicio de la Etnobiología. Nosotros creemos por el contrario, que si la Etnobiología y en particular la
Etnobotánica ha de pasar de su actual etapa inicial predominantemente enunciativa y descriptiva, habrá de
basarse en la historia de cada grupo cultural que toque; tomar en cuenta el medio en que se desenvuelve así como
sus contradicciones económicas y sociales; considerar otras manifestaciones culturales, entre ellas las del idioma
y, al incorporar todo esto a un mismo sustrato, tratar de encontrar explicaciones armónicas y coherentes para los
resultados obtenidos, así como generalizaciones aplicables a circunstancias comparables.
La proposición anterior no deja de tener, estoy consciente de ello, un dejo etnocentrista; sin embargo,
sigo pensando que el mejor etnobotánico sería aquél miembro de una minoría cultural que, formado como
botánico y como etnólogo, estudiara desde dentro y como parte de la misma, el conocimiento tradicional, la
significación cultural y el manejo y los usos tradicionales de la flora. Y sería todavía mejor -para él y para los
suyos- si sus estudios pudieran servir para el beneficio económico y cultural de su propia comunidad.
A1 llegar a este punto, es conveniente trazar con mayor rigor aún los límites de la Etnobotánica. Debido
a la fuerte tendencia utilitarista de la exploración etnobotánica, se ha calificado de etnobotánicos a muchos
estudios que no lo son, sino que están dirigidos a la aplicación de los datos obtenidos a la solución de problemas
agrícolas o industriales, principalmente químico-farmacéuticos y que podrían estar mejor encuadrados en lo que
normalmente llamamos Botánica Económica. Lo mismo que la Etnobotánica puede encontrar fuentes de
información en trabajos no etnobotánicos, como crónicas, códices, libros de medicina herbolaria, exploraciones
arqueológicas en las que se usen métodos palinológicos y seminológicos, descripciones etnográficas,
comentarios sobre métodos agrícolas, de construcción, etc., la Botánica Económica puede encontrar datos de
gran interés en las investigaciones Etnobotánicas lo mismo que en aquellas dirigidas a entender el cómo y el por
qué de las prácticas agrícolas y forestales tradicionales.
Las prácticas tradicionales del manejo de recursos vegetales han sido y son frecuentemente
menospreciadas. Al etnobiólogo le interesa su estudio justamente porque representan el resultado de un
conocimiento empírico, a veces probado a través de muchos siglos y cuya asociación a prácticas mágicas y
religiosas, relacionadas a su vez con la agricultura y la medicina, ha contribuido precisamente a su conservación.
El etnobiólogo, sin embargo, a riesgo de no ser consecuente consigo mismo y de presentar una estática visión de
lo que es el objeto mismo de su estudio, debe tomar en consideración los procesos de aculturación.
Definido el campo que abarca la Etnobotánica, es conveniente ahora distinguir algunas de las áreas
particulares comprendidas en él:
Una de las más interesantes, es la que se refiere a la percepción, denominación y ordenamiento de las
discontinuidades propias del universo vegetal con el que se relacionan los miembros de una determinada
comunidad cultural; esta área, que se puede denominar como Etnobotánica Taxonómica, está íntimamente ligada
a otra a la que interesa el estudio de la filosofía del ordenamiento y de las relaciones atribuidas a los elementos
de la flora; esta otra área corresponde a la que podríamos denominar Etnobotánica Sistemática.
El estudio particular de la significación, o sea de los valores culturales de los elementos de la flora,
incluyendo tanto los no utilitarios (como el cognoscitivo, el mágico y el religioso) como los utilitarios (como el
alimenticio, el medicinal, el artesanal, etc.) y de sus relaciones entre sí, puede identificarse como un área que
toca el de la Axiología.
Aunque hemos hecho notar que la investigación etnobotánica tiene que plantearse como parte de un
proceso en el que los conocimientos y los conceptos cambian y con frecuencia se mezclan por fenómenos de
aculturación; en otras palabras, que no pueden desligarse de consideraciones históricas, el estudio particular de la
naturaleza de dichos cambios tanto en culturas desaparecidas como en las actuales, puede distinguirse como el
área de la Etnobotánica Histórica.
Separadas sólo por razones didácticas, las áreas mencionadas se interrelacionan entre sí de tal modo que
resulta difícil separarlas en la práctica.
Un interesante y nuevo enfoque, que cada día tiene más importancia, es el de la Etnobiología
Comparada; ésta, a través de cuyo ejercicio es posible descubrir principios generales capaces de dar explicación
12
a las particularidades de diferentes contextos culturales, lleva a la Etnobotánica a pasar de su actual condición,
predominantemente etnográfica, a otra más comprehensiva de carácter etnológico.
Hasta aquí hemos hablado fundamentalmente de los propósitos y objetos de estudio de la Etnobotánica;
pero a una ciencia se le conoce también por sus métodos. Sin insistir en lo que otros autores, entre ellos
Hernández Xolocotzi (1970) y Martínez Alfaro (1976b y c) han dicho al respecto, solo queremos enunciar aquí
el carácter interdisciplinario de la metodología etnobotánica que es tanto antropológica como botánica.
En efecto, en la delimitación geográfica, biogeográfica, ecológica e histórico-cultural del área; en la
selección de la comunidad o comunidades a estudiar y su clasificación por grados de influencia de otros patrones
culturales; en la técnica para establecer el contacto con dicha comunidad y en el escogimiento de los informantes
tomando en cuenta su categoría social y su ocupación, edad y sexo, entre otras características, se mezclan 1os
procedimientos que usan el biólogo y el etnólogo. Tales trabajos previos, conducen a la formación de la lista
etnoflorística, apoyada en ejemplares de herbario adecuadamente documentados y ambos, lista y colección,
constituyen la base de cualquier otra etapa de la investigación Etnobotánica en que siguen incidiendo los
procederes del biólogo -de1 botánico si se quiere- y del antropólogo -del etnólogo en tal caso.
Pudiera ser, por ejemplo, que el estudio fuese de índole terminológica, linguística y filológica; que éste
condujera luego a la estimación del conocimiento taxonómico, a la de la significación cultural de las especies de
la lista etnoflorística o al modo en que se transmite, conserva y se modifica el conocimiento botánico a través del
tiempo y ante los procesos de mestizaje cultural; pudiera también dirigirse el estudio hacia las particularidades
del uso y manejo de los recursos vegetales; de todos modos, los procedimientos -con excepción de los relativos a
la indispensable identificación botánica de los materiales recolectados- serían mixtos.
Sólo se pasa de tal hibridación metodológica a otra unidireccional, cuando la exploración Etnobotánica
sirve como base a investigaciones utilitarias o aplicativas en las que los datos obtenidos en dicha exploración son
utilizados sin importar ya mayormente el contexto cultural del que se han extraído. Así, cuando Hernández
Xolocotzi (loc. cit.) dice que "la función de la exploración Etnobotánica y por ende del explorador etnobotánico
consiste primero, en registrar, ordenar, escudriñar, hilvanar y publicar la información en el mismo marco de la
cultura. . .” tiene razón al calificar su actividad de etnobotánica; en cambio cuando prosigue diciendo ". . .
segundo, reunir con cuidado e inteligencia el material de propagación de interés inmediato y mediato a los
problemas urgentes de la investigación agronómica, bioquímica y botánica. . .” no lo mantiene en su papel de
etnobotánico, aunque así pretende, sino en todo caso, en el de trabajador de la Botánica Económica y Básica, de
modo respectivo.
BIBLIOGRAFÍA
Hernández X., E. 1970. Exploración Etnobotánica y su Metodología. Chapingo, México., Colegio de Postgraduados de la Escuela
Nacional de Agricultura, SAG. , 69 pags.
Jones, V. H. 1941. “The Nature and Status of Ethnobotany”. Chron. Bot., 6:219-221.
Maldonado-koerdell, M. 1940. “Estudios Etnobiológicos I”. Rev. Mex. Est. Antropol. 4(3):195-202.
Martínez Alfaro, M. A. 1976a. Comunicación personal.
__________________. 1976b. “Historia de las exploraciones Etnobotánicas en plantas medicinales”. Estado Actual del Conocimiento
en Plantas Medicinales Mexicanas. Instituto Mexicano para el Estudio de las Plantas Medicinales, A. C. México, D. F., pags.
71-96.
__________________. 1976c. “Posible metodología a seguir en el estudio de las plantas medicinales mexicanas” . Estudios sobre
Etnobotánica y Antropología Médica. C. Viesca Treviño Ed. Instituto Mexicano para el Estudio de las Plantas Medicinales,
A. C., México, D. F., pags. 75-83.
Rosas, C. 1975. Comunicación personal.
Schultes, R. E. 1941. “La Etnobotánica: su alcance y sus objetos”. Caldasia, 3:7-12
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PERSPECTIVAS PARA EL QUEHACER ETNOBOTÁNICO EN MÉXICO*
Javier Caballero Nieto
Instituto de Biología UNAM
Los violentos procesos de transculturación que sirvieron de marco a la apropiación de saqueo de los
recursos por los colonizadores, el genocidio y la explotación de los colonizados durante los tres siglos de sistema
colonial en México y la marcha forzada de las minorías étnicas supervivientes hacia una sociedad nacional
capitalista y occidental muestran un hecho muy común, la pretensión de que sólo existe una cultura y una
civilización verdadera la de las sociedades y; las clases dominantes.
Al respecto, Andre Gorz (1976) ha señalado que, “para definir lo que es y lo que no es científico, nuestra
sociedad aplica criterios implícitos bastante particulares; denomina científicos a todas aquellas capacidades y
conocimientos susceptibles de ser sistematizados y denomina no científicos a todas las habilidades y
conocimientos que pertenecen a una cultura popular en vías de desaparición”.
En este contexto, la Etnobotánica aparece como uno de los elementos más débiles de la estructura
académica creada por la clase dominante, en cuanto que, en la Práctica concreta, revela la existencia de más de
una ciencia.
En efecto, las investigaciones etnobotánicas y aún aquellas que pretendiendo serlo, no deberían ser
consideradas precisamente como tales, invariablemente muestran que al margen de la cultura y las ciencias
occidentales, los núcleos campesinos y sobre todo las minorías étnicas, que no primitivas, sino menospreciadas y
explotadas, poseen un enorme acervo de conocimientos acerca de los ecosistemas naturales y de sus elementos e
interacciones el cual ha sido transmitido, enriquecido, modificado y en ocasiones deformado a través de1
tiempo, pero que ha sido obtenido con métodos y procedimientos en gran medida equivalentes a los de la ciencia
moderna, constituyendo de esta manera una verdadera ciencia popular o ciencia de lo concreto.
E1 reconocer la existencia de una ciencia o ciencias populares y en última instancia, el reconocer algún
valor en las manifestaciones del conocimiento popular, puede hacer aparecer de hecho a la Etnobotánica, como
una disciplina radical y a los etnobotánicos como elementos altamente cuestionadores de la realidad social; no
obstante, en la práctica los hechos se muestran bastante diferentes.
Si para nuestra sociedad son científicos solo aquellos conocimientos, capacidades o especialidades que
están integrados a las relaciones de producción capitalista, es decir, que poseen algún valor en tanto que son
útiles al sistema (Gorz,1976), independientemente de que sean inmediatamente aplicables o no, podemos
reconocer entonces a la Etnobotánica y especialmente a las investigaciones utilitaristas de interés etnobotánico,
como un instrumento más de dominación, ya que como parte del aparato científico, su función última es extraer
aquella parte del conocimiento botánico tradicional que puede tener algún valor dentro del modo de producción
dominante, para adecuarlo y convertirlo en nuevas formas que hagan más expeditos los procesos de explotación
y aculturación.
Tal vez uno de los casos que mejor pueden ilustrar lo anterior, es el de la investigación sobre los usos
medicinales de las plantas con la que la información "recuperada" en los núcleos indígenas y campesinos es
apropiada por el aparato científico, difundida por los medios científicos propios, seleccionada e incorporada a la
cultura académica. Esta información regresa después a las comunidades de donde ha sido extraída, pero ya en
forma de medicamentos fabricados por los grandes monopolios farmacéuticos extranjeros o nacionales para ser
empleados como sustitutos de los recursos de la medicina popular. Se establece así un flujo unidireccional de
información que va de un modo de producción subordinado representado por las comunidades campesinas e
indígenas, hacia el modo de producción dominante a través del informante o botánico subordinado y el
etnobotánico o botánico dominante, cuyo resultado final será la integración, la transformación y la asimilación
de los remanentes sociales y culturales tradicionales al sistema capitalista moderno o en otros términos, la
asimilación o la adecuación y reproducción de los modos de producción subordinados al modo de producción
*
Trabajo presentado en el Simposio de Etnobotánica, organizado por el Departamento de Etnología y Antropología Social (INAH-SEP) y
el Departamento de Biología de la Facultad de Ciencias (UNAM) en la Ciudad de México, D. F., del 25 al 27 de noviembre de 1976.
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dominante para el mejor desarrollo de este. De tal manera estas investigaciones cumplen una función
expoliadora típicamente colonialista.
En el mejor de los casos, las investigaciones etnobotánicas, en tanto que se interesan no sólo de los
aspectos utilitarios, sino del saber botánico tradicional en general se ubican dentro de la estructura científica
dominante, en cuanto que sus resultados van a formar, parte de una cultura académica que los ve como asuntos
de índole meramente folklorista, sin más sentido que su contribución a la producción institucional de
conocimientos prácticamente inútiles al sistema, pero que sostienen el mito burgués de la ciencia neutra y pura.
Cualquiera que sea el caso, se trate de intereses utilitaristas o culturistas y folkloristas, esta identidad
explotadora y colonialista ha sido 1a de muchas, sino la mayoría de las investigaciones etnobotánicas realizadas
hasta ahora, aún las realizadas por algunos ilustres colonizadores, pues parafraseando a Warman (1970) cuando
se refiere al desarrollo histórico de la Antropología puede decirse que la tradición Etnobotánica en este caso, "es
una de las necesidades derivadas del carácter expansionista de Occidente. . .”es un auxiliar científico de la
expansión blanca. Contribuye a ésta con información sobre otras culturas y cifra su acción en hacer más
satisfactoria la relación de dominio, menos conflictiva y más redituable”.
Los planteamientos hasta aquí expuestos, no pretenden negar el valor que tienen las investigaciones con
fines utilitarios y menos aún, las, que se interesen por el conocimiento botánico tradicional en general. Lo que se
quiere señalar, es que lejos de ser uno más de los elementos de 1a estructura científica dominante, deben
constituirse en una actividad cuestionadora de la cultura académica e inscribirse en la perspectiva del cambio
social. Si la Etnobotánica por si misma constituye un elemento débil de esa estructura científica dominante debe
entonces ser desarrollada dentro del adecuado marco ideológico y constituirse en una disciplina radical.
Independientemente de que consideremos a la Etnobotánica como el estudio de los usos tradicionales de
las plantas, o en sentido más correcto, como el estudio de las sabidurías botánicas tradicionales, ésta debe dejar
de ser un auxiliar científico de la explotación o, un puro ejercicio académico y debe ponerse al servicio de las
propias comunidades indígenas y campesinas en la que es practicada.
Si se adopta tal actitud, ¿hacia dónde debe dirigirse la práctica etnobotánica? Sin duda los que mejor nos
lo pueden señalar son los propios indígenas y campesinos cuando como en los acuerdos del Congreso de Chiapas
declaran:
"Queremos que la medicina antigua no se pierda. Es necesario conocer las plantas medicinales para
usarlas en bien de todos" (Proyecto Marandú, 1975).
O como en el, manifiesto Tiahuanacu, cuando señalan: “Los campesinos queremos el desarrollo
económico de nuestros propios valores. No queremos perder nuestras nobles virtudes ancestrales en aras de un
seudodesarrollo. Tememos a ese falso desarrollismo que se importa desde afuera, porque es ficticio y no respeta
nuestros profundos valores. Queremos que se superen trasnochados paternalismos y que se deje de considerarnos
como ciudadanos de segunda clase”.
“Los campesinos estamos convencidos de que solamente habrá desarrollo en el campo y en todo el país,
cuando nosotros seamos los autores de nuestro proceso y dueños de nuestro propio destino” (Proyecto Marandú,
1975). Yo creo que en estos términos, la práctica etnobotánica que se aboca al estudio e interpretación del
conocimiento, significación cultural, manejo y usos tradicionales, de los elementos de la flora, tendrá como
algunas funciones principales:
Contribuir junto con la Antropología a reestructurar la imagen distorsiona da que la sociedad nacional
tiene de los pueblos indígenas y desenmascarar su carácter ideológico colonialista, ayudando a generar así una
nueva conciencia mexicana que reconozca nuestra diversidad cultural y que se fundamente en el más profundo
respeto a los valores culturales de los núcleos indígenas y campesinos.
EI rescatar todo el conocimiento botánico en vías de desaparición y revertirlo de alguna forma a las
propias comunidades como una contribución a su autoevaluación cultural.
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Por otra parte, el estilo de desarrollo que sigue el país determina el implacable y aparentemente
inevitable exterminio de los ecosistemas naturales; las formas tradicionales del manejo de los recursos vegetales
que aún subsisten, son progresivamente desplazados por formas modernas altamente destructoras, orientadas
hacia la producción para el mercado capitalista.
Es en este contexto, en el que la investigación etnobotánica, orientada hacia el conocimiento, manejo y
uso tradicionales de los recursos, puede desempeñar funciones de gran importancia como:
Recopilar información acerca de todos los usos posibles de las plantas como una contribución para el
diseño de nuevas formas de explotación de los ecosistemas, que se opongan a las formas destructivas vigentes.
Prácticas que retomen los conocimientos y la tecnologías tradicionales y que enriquecidas por el conocimiento
científico occidental, las recreen y las desarrollen hasta sus últimas consecuencias, tanto a nivel local de las
comunidades estudiadas, como a niveles más amplios dentro de programas regionales de ecodesarrollo,
entendiendo éste no sólo como un nuevo estilo de desarrollo más racional, ecológicamente hablando, sino
fundamentalmente como parte de una estrategia política para el cambio social.
El quehacer etnobotánico así concebido difícilmente podrá ser desempeñado por científicos que se
identifiquen con la ideología dominante; por el contrario, deberá ser función de aquellos que no sólo sean
expertos botánicos y etnólogos, sino ante todo individuos identificados con la clase explotada que ubiquen sus
investigaciones en el logro del bien colectivo, pues al final de cuentas el conocimiento. como todo lo demás, no
tiene valor si no se garantiza que será un bien común (Gorz, 1976).
RECONOCIMIENTO
Varias de las ideas básicas discutidas en este trabajo, fueron sugeridas por el M. en C. Víctor M. Toledo.
BIBLIOGRAFÍA
Gorz, A. 1976. “E1 carácter de clase de la ciencia y de los trabajadores científicos”. Foro Universitario 2:5-10.
Proyecto Marandú. 1975. Por la liberación del indígena. Buenos Aires.
Warman, A. 1970. “Todos Santos y Todos Difuntos”. En: De eso que llaman Antropología Mexicana. Nuestro Tiempo. México. 9-38.
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