Antopoceno, capitaloceno... Generando relaciones de parentesco Donna Haraway AmigaRara .pdf
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Antropoceno
Capitaloceno
Plantacionoceno
Chthuluceno
Generando relaciones
de parentesco
DONNA HARAWAY
amiga rara
Gracias Donna por decir “sí” desde la total
generosidad y confianza. ¡Te amamos!
A Alexandra Navarro y María Marta Andreatta
por entender el proyecto, apoyarlo y contestar
mis mensajes a deshora. Gracias Pablo
por la ilustración desde la que nos asomamos
al Chthuluceno —pasado, presente y lo que
está por venir. ¡Ya somos todes parientes!
¡Organízate y hazlo tú misme!
Madrid, primavera 2019
amiga rara
Antropoceno,
Capitaloceno,
Plantacionoceno,
Chthuluceno:
generando relaciones
de parentesco.
DONNA HARAWAY 1
*La Revista Latinoamericana de Estudios Críticos
Animales es una iniciativa orientada a promover
los Estudios Críticos Animales (ECA):campo
de estudio dedicado a la abolición de la explotación
animal y ecológica, la opresión y la dominación,
cuyo objetivo es la supresión de la subordinación
en diferentes ámbitos.
http://www.revistaleca.org
La Revista Latinoamericana de Estudios Críticos
Animales constituye la primera revista en su género,
en español y portugués, nacida de una apuesta
colectiva, impulsada por investigadores
e investigadoras de diversos países.
Publicación con referato editada por el Instituto
Latinoamericano de Estudios Críticos Animales.
Recoge investigaciones de todas las áreas disciplinares
que se desarrollen en el campo de los Estudios
Críticos Animales en el ámbito latinoamericano.
De frecuencia semestral, se publica en formato digital,
y los artículos son sometidos a arbitraje doble ciego
con evaluación externa. Sus directoras: Dra. Alexandra
Navarro y Lic. Anahi Gabriela González
Publicado por primera vez en la Revista
Latinoamericana de Estudios Críticos Animales,
AÑO III – VOLUMEN I – JUNIO 2016,
disponible en: http://revistaleca.org/journal/index.
php/RLECA/article/view/53
Traducción de Alexandra Navarro
y María Marta Andreatta*
No cabe duda de que los procesos antropogénicos han producido efectos planetarios, en inter/intra-acción con otros
procesos y especies, desde que nuestra propia especie
puede ser identificada (desde algunas decenas de miles
de años atrás); y la agricultura ha tenido un enorme efecto (desde algunos miles de años atrás). Ciertamente que,
desde el inicio, las bacterias y sus parientes fueron, y aún
son, los mayores de todos los terraformadores (y reformadores) planetarios, también en un sinnúmero de tipos de
inter/intra-acción (incluso con las personas y sus prácticas, tecnológicas y otras)2. La propagación de plantas por
dispersión de semillas, millones de años antes de la agricultura humana, representó un gran cambio en el planeta, como así también muchos otros eventos ecológicos de
desarrollo histórico, revolucionarios y evolucionarios.
3
Las personas se sumaron pronto y de forma dinámica a
esta contienda3 , aún antes de que ellos/nosotros fuéramos criaturas llamadas Homo sapiens. Pero pienso que la
discusión en torno a la relevancia de las denominaciones
Antropoceno, Plantacionoceno o Capitaloceno tiene que ver
con la escala, la relación tasa/velocidad, la sincronicidad y
la complejidad. La cuestión, cuando se consideran fenómenos sistémicos, tiene que ser: ¿cuándo los cambios de grado
se tornan cambios de especie? ¿y cuáles son los efectos de
las personas (no el Hombre) biocultural, biotecnológica,
biopolítica e históricamente situadas en relación a, y combinado con, los efectos de otros ensamblajes4 de especies y
de otras fuerzas bióticas/abióticas? Ninguna especie actúa
sola, ni siquiera nuestra propia arrogante especie que
pretende estar constituida por buenos individuos en los
llamados discursos occidentales modernos. Ensamblajes
de especies orgánicas y de actores abióticos hacen historia,
tanto evolucionaria como de otros tipos.
Pero ¿hay un punto de inflexión en las consecuencias,
que cambia la dirección del “juego” de la vida en la tierra5
para todos y todo? Se trata de algo más que del cambio
climático; se trata también de la enorme carga de productos químicos tóxicos, de la minería, del agotamiento de
lagos y ríos, debajo y por encima del suelo, de la simplificación de ecosistemas, de grandes genocidios de personas
y otros seres, etc., etc., en patrones sistémicamente conectados que pueden generar repetidos y devastadores colapsos del sistema. La recursividad puede ser terrible.
Anna Tsing (2015), en un artículo reciente llamado
“Feral Biologies”, sugiere que el punto de inflexión entre
4
el Holoceno y el Antropoceno puede eliminar la mayor
parte de los refugios a partir de los cuales diversos grupos de especies (con o sin personas) pueden reconstruirse
después de eventos extremos (como desertización, desforestación, o, o,…). Esto se encuentra emparentado con
el argumento de la World-Ecology Research Network,
coordinada por Jason Moore, de que la naturaleza barata
está llegando a su fin; el abaratamiento de la naturaleza
ya no puede sostener por mucho más tiempo la extracción
y la producción en el/del mundo contemporáneo, porque
la mayoría de las reservas de la tierra fueron drenadas,
quemadas, agotadas, envenenadas, exterminadas y, de
varias otras formas, extenuadas6. Vastas inversiones en
tecnologías extremadamente creativas y destructivas
pueden revertir el ajuste de cuentas, pero la naturaleza
barata realmente se terminó. Anna Tsing argumenta
que el Holoceno fue un largo período en el que las áreas
refugio, en las cuales diversos organismos podían sobrevivir ante condiciones desfavorables, aún existían y eran
incluso abundantes, pudiendo sostener una repoblación
cultural y biológica rica y diversa. Tal vez la indignación
merecedora de un nombre tal como Antropoceno sea la de
la destrucción de espacios y tiempos de refugio para las
personas y otros seres. Junto con otras personas, pienso que el Antropoceno es más un evento-límite que una
época, como la frontera K-Pg entre el Cretáceo y el Paleoceno7. El Antropoceno marca discontinuidades graves; lo
que viene después no será cómo lo que vino antes. Pienso
que nuestro trabajo es hacer que el Antropoceno sea tan
corto y tenue como sea posible, y cultivar, unos con los
5
otros, en todos los sentidos imaginables, épocas por venir
que puedan reconstituir los refugios.
En este momento, la tierra está llena de refugiados,
humanos y no humanos, y sin refugios.
Entonces, pienso que más que un gran nombre, en
verdad, es preciso pensar en un nuevo y potente nombre:
Antropoceno, Plantacionoceno8 y Capitaloceno (término
de Andreas Malm y Jason Moore antes de ser mío9). Y
también insisto en que necesitamos de un nombre para
las dinámicas de fuerzas y poderes sin-chtónicos10 en
curso, de las cuales las personas son una parte, dentro
de las cuales ese proceso está en juego. Tal vez, pero sólo
tal vez, y sólo con intenso compromiso y trabajo colaborativo con otros terranos11, será posible hacer florecer
ensamblajes ricos en múltiples especies, que incluyan
las personas. Estoy llamando a todo esto el Chthuluceno
–pasado, presente y lo que está por venir12. Estos espacios-tiempos reales y posibles no fueron nombrados así
por el pesadillesco-racista y misógino monstruo Cthulhu
(note la diferencia en la ortografía), del escritor de ciencia ficción H. P. Lovecraft, sino por los diversos poderes
y fuerzas tentaculares de toda la tierra y de las cosas reunidas en nombres como Naga, Gaia, Tangaroa (emerge
de la plenitud acuática de Papa), Terra, Haniyasu-hime,
Mujer-Araña, Pachamama, Oya, Gorgo, Raven, A’akuluujjusi y muchas, muchas más. “Mi” Chthuluceno, aún
sobrecargado con sus problemáticos zarcillos cuasi-griegos, se enmaraña con una multitud de temporalidades y
espacialidades y una legión de entidades en ensamblajes
intra-activos, incluyendo más-que-humanos, otros-no6
humanos, inhumanos y humano-como-humus. Aún en un
texto en inglés americano como este, Naga, Gaia, Tangaroa, Medusa, Mujer-Araña, y todos sus parientes, son
algunos de los muchos nombres que resultan más apropiados para un estilo de ciencia ficción que Lovecraft no
podría haber imaginado o aceptado; o sea, entramados de
fabulación especulativa, feminismo especulativo, ciencia
ficción y hechos científicos13. Lo que importa es cuáles
narrativas cuentan narrativas, y cuáles conceptos piensan conceptos. Matemáticamente, visualmente y narrativamente, es importante pensar cuáles figuras figuran
figuras, cuáles sistemas sistematizan sistemas.
Los mil nombres propuestos son demasiado grandes
y demasiado pequeños; todas las historias son demasiado grandes y demasiado pequeñas. Como Jim Clifford
(2013) me enseñó, necesitamos narrativas (y teorías)
que sean lo suficientemente amplias para reunir las
complejidades y mantener sus límites abiertos y ávidos
de sorprendentes nuevas y viejas conexiones.
Una manera de vivir y morir bien, como seres mortales en el Chthuluceno, es unir fuerzas para reconstituir
los refugios, para hacer posible una parcial y sólida
recuperación y recomposición biológica-cultural-política-tecnológica, que debe incluir el luto por las pérdidas
irreversibles. Thom van Dooren (2014) y Vinciane Despret (2013) me enseñaron eso14. Ha habido ya muchas
pérdidas, y habrá muchas más. Ese renovado florecimiento generativo no puede ser creado a partir de mitos
de inmortalidad o del fracaso de hacernos parte de los
muertos y extintos. Hay una montaña de trabajo para
7
el Speaker for the Dead de Orson Scott Card (1986) y
aún más para la repoblación de Ursula K. Le Guin en
Always Coming Home (1985).
Yo soy una compost-ista, no una posthuman-ista:
somos todos compost, no post-humanos. El límite que
es el Antropoceno/Capitaloceno significa muchas cosas,
incluyendo el hecho de que una inmensa e irreversible
destrucción está realmente ocurriendo, no sólo para los
11 mil millones o más de personas que van a estar en
la tierra hacia el final del siglo xxi, sino también para
una infinidad de otros seres. (El ininteligible pero serio
número de 11 mil millones solamente se mantendrá si
las tasas de natalidad humanas permanecen bajas;
si suben nuevamente, todas las apuestas caen por tierra). “Al borde de la extinción” no es sólo una metáfora;
“colapso del sistema” no es una película de suspense.
Pregunte si no a cualquier refugiado, de cualquier
especie.
El Chthuluceno necesita de por lo menos un eslogan
(ciertamente, más de uno); aun gritando “Ciborgs para
la Supervivencia Terrestre”, “Corra rápido, Muerda
Fuerte” y “Cállese y Entrene”, yo propongo “¡Haga Parientes, No Bebés!”. Generar relaciones de parentesco
es, tal vez, la parte más difícil y más urgente del problema. Las feministas de nuestro tiempo han sido líderes
en cuestionar la supuesta necesidad natural de vínculos
entre sexo y género, raza y sexo, raza y nación, clase y
raza, género y morfología, sexo y reproducción, y reproducción y composición de personas (nuestra deuda aquí
especialmente para con los melanesios, en alianza con
8
Marilyn Strathern [1990] y sus parientes etnógrafos).
Si va a existir una ecojusticia multiespecie que también pueda incluir diversidad de personas, ha llegado
la hora de que las feministas ejerzan un liderazgo en la
imaginación, en la teoría y en la acción, para deshacer
ambos lazos: de genealogía y parentesco, y de parentesco y especies.
Bacterias y hongos son excelentes para darnos metáforas, pero, metáforas aparte (¡buena suerte con eso!),
tenemos un trabajo de mamíferos que hacer con
nuestros colaboradores y co-trabajadores sin-poiéticos,
bióticos y abióticos. Necesitamos hacer parientes
sin-chthonicamente, sim-poieticamente. Sea lo que sea
que seamos, necesitamos hacer-con —convertirnos-en,
componer-con— los terranos (gracias por ese término,
Bruno Latour-en-modo-anglófono15).
Nosotros, personas humanas en todos los lugares,
debemos abordar las intensas urgencias sistémicas.
Sin embargo, hasta ahora, como Kim Stanley Robinson
planteó en 231216, estamos viviendo en el tiempo de
“La Vacilación”17 (que, en esta obra de ciencia ficción,
se extendería desde 2005 hasta 2060 -¿demasiado optimista?-), en un “estado de agitación incierta”. ¡Tal vez
la Vacilación sea un nombre más apropiado que el de
Antropoceno o Capitaloceno! La Vacilación será grabada
en los estratos rocosos de la tierra; en verdad, ya está
siendo escrita en las capas mineralizadas de la tierra.
Los sin-ctónicos no vacilan; ellos componen y se descomponen, ambas prácticas tan peligrosas como
promisorias. Lo mínimo que se puede decir es que la
9
hegemonía humana no es un evento sin-ctónico. Como
dicen las artistas ecosexuales Beth Stephens y Annie
Sprinkle: ¡el compostaje es tan caliente!
Mi propósito es hacer que “pariente” signifique algo
distinto o más que entidades conectadas por sus ancestros o su genealogía. El suave movimiento de desfamiliarización puede parecer, por un momento, un error, pero
después (con suerte) se mostrará siempre como correcto.
Hacer-parientes es hacer personas, no necesariamente
como individuos o como seres humanos.
En la universidad, me conmovió el juego de palabras de
Shakespeare entre kin (pariente) y kind (amable, gentil);
los más amables no eran necesariamente parientes de una
misma familia; hacerse pariente y hacerse gentil (como
categoría, cuidado, pariente sin lazos de sangre, parientes
paralelos, y muchos otros) expande la imaginación y puede transformar la historia.Marilyn Strathern me enseñó
que parientes, en inglés británico, originalmente significaba “relaciones lógicas” y se convirtió en “miembros de la
familia” en el siglo xvii (esto está, definitivamente, entre
las trivialidades que adoro18). Ve más allá del inglés, y lo
salvaje se multiplica.
Pienso que la extensión y la recomposición de la palabra “pariente” está permitida por el hecho de que todos los
terráqueos son parientes, en el sentido más profundo, y ya
es hora de comenzar a cuidar mejor de las clases-como-ensamblajes (no como especies separadas). Parentesco es una
palabra que implica ensamblaje. Todos los seres comparten una “carne” común, paralelamente, semióticamente y
genealógicamente.
12
Los antepasados resultan ser unos extraños muy interesantes; los parientes son desconocidos (más allá de lo
que pensábamos que era la familia o los genes), extraños,
asombrosos, activos19.
¡Demasiado para un pequeño eslogan, ya lo sé! Aun así,
inténtenlo. Cuando pasen más de un par de siglos, quizá
los seres humanos de este planeta puedan contarse nuevamente en unos dos o tres mil millones, y, hasta entonces,
ser parte de un bienestar cada vez mayor para los diversos
seres humanos y otras criaturas como medios y no sólo
fines.
Entonces, ¡haga parientes, no bebés! Lo que importa es
cómo los parientes generan relaciones de parentesco20.
13
NOTAS
1[N.T.]
Donna Haraway es Profesora Emérita Distinguida del programa de Historia de la Conciencia en la Universidad de California. Nuestros más sinceros agradecimientos a Donna Haraway
por la gentileza y generosidad de permitir la traducción de este
artículo al español para la Revista Latinoamericana de Estudios
Críticos Animales, así como apoyar a Amiga Rara en la publicación de este fanzine.
2Intra-acción es un concepto de Karen Barad (2007). Continúo
usando inter-acción a fin de permanecer legible para el público
que aún no comprende los cambios radicales que el análisis de
Barad exige, pero también, probablemente, hago eso en razón de
mis hábitos lingüísticos promiscuos.
3[N.T.] Aquí la autora se refiere al debate en torno a las designaciones Antropoceno, Capitaloceno, etc.
Donde la autora usa “assemblage” traducimos por “ensamblaje”.
4[N.T.]
5 [N.C.]
earth siempre en minúscula en el original.
6 Cf.
Moore (2015). Muchos de los ensayos de Moore pueden ser
encontrados en: <https://jasonwmoore.wordpress.com/>
7Agradezco
a Scott Gilbert por señalar, durante el seminario
Ethnos y otras interacciones en la Universidad de Aarhus en octubre de 2014, que el Antropoceno (y el Plantacionoceno) debe
ser considerado un evento-límite, como la frontera K-Pg, y no una
época. Ver nota siguiente.
8En una conversación grabada para Ethnos, en la Universidad
de Aarhus, en octubre de 2014, los participantes colectivamente generaron el nombre Plantationocene para la transformación
devastadora de granjas, pastos y bosques a escala humana en
plantaciones extractivas y cerradas, basadas en trabajo esclavo
y otras formas de trabajo explotadoras, alienantes y, habitualmente, deslocalizadoras. La conversación transcrita fue publicada como “Anthropologists Are Talking About the Anthropocene”,
en Ethnos [N.T. la publicación apareció en 2016, ver Ethnos: Journal of Anthropology, v. 81, n. 3).
Los estudiosos saben desde hace tiempo que el sistema de
siembra basado en el trabajo esclavo fue el modelo y motor de
los sistemas de producción basados en máquinas devoradoras
14
de carbono, que son frecuentemente citados como punto de inflexión para el Antropoceno. Nutridos, aún en las circunstancias
más adversas, los jardines esclavos no sólo suministraron comida humana fundamental, sino también refugios para una biodiversidad de plantas, animales, hongos y tipos de suelos. Los jardines de esclavos son un mundo poco explorado, especialmente
en comparación con jardines botánicos imperiales, en términos
de dispersión y propagación de una miríada de seres.
Mover esa generación semiótica material alrededor del mundo, para la acumulación de capital y de ganancias –el rápido desplazamiento y reformulación de germoplasma, genomas, cortes,
y todos los otros nombres y formas de pedazos de organismos y
plantas, animales y personas desarraigadas–, es una operación
que define el Plantacionoceno, el Capitaloceno y el Antropoceno
tomados en conjunto. El Plantacionoceno prosigue con creciente
ferocidad en la producción global de carne industrializada, en el
agronegocio de la monocultura, y en la sustitución de bosques
multiespecies, que sostienen tanto a los humanos como a los
no humanos, por culturas que producen, por ejemplo, aceite de
palma. Los participantes del seminario Ethnos incluían a Noboru
Ishikawa (Antropología, Centro de Estudios del Sudeste Asiático,
Universidad de Kyoto); Anna Tsing (Antropología, Universidad de
California, Santa Cruz); Donna Haraway (Historia de la Conciencia, Universidad de California, Santa Cruz); Scott F. Gilbert (Biología, Swarthmore); Nils Bubandt (Departamento de Cultura y Sociedad, Universidad de Aarhus); y Kenneth Olwig (Arquitectura e
Paisajismo, Universidad de Suecia de Ciencias de la Agricultura).
Gilbert adoptó el término Plantationocene para argumentos-clave en su coda para la segunda edición del libro ampliamente utilizado Ecological Developmental Biology (ver GILBERT;
EPEL, 2015).
9A finales de 2014, en comunicaciones personales vía correo
electrónico, Jason Moore y Alf Hornborg me comentaron que
Malm había propuesto el término Capitaloceno en un seminario en Lund, Suecia, en 2009, cuando aún era un estudiante. Usé
por primera vez el término en conferencias públicas iniciadas en
2012. [N.T.] Moore editó un libro sobre Capitaloceno publicado en
junio de 2016 con el título Anthropocene or Capitalocene? Nature
History and the crisis of Capitalism.
10[N.T.]
En el original, la autora utiliza el prefijo sym- (o syn-). Etimológicamente, su sentido es “junto, conjuntamente”, traducido
al prefijo “sin” en español.
15
11[N.T.]
Nos arriesgamos a proponer la idea de que la autora utiliza el termino “terrano” como sinónimo de terrícola, y no en el
sentido estricto de terrano o terrano tectonoestratográfico, que
es el nombre que reciben en la geología antiguos fragmentos de
corteza continental que fueron suturados formando unidades
mayores como cratones o continentes.
12El
sufijo “-ceno” prolifera! Arriesgo esta superabundancia
porque estoy en el camino de los significados de la raíz “cene/
kainos”, a saber, la temporalidad del espeso, fibroso e irregular
“ahora”, que es antigua, pero no lo es.
13“Os
Mil Nomes de Gaia/The Thousand Names Of Gaia” fue una
conferencia internacional organizada por Eduardo Viveiros de
Castro, Déborah Danowski y sus colaboradores, en septiembre
de 2014, en Río de Janeiro. Algunas en portugués y algunas en
inglés, muchas de las charlas de la conferencia se pueden ver
en: <https://www.youtube.com/c/osmilnomesdegaia/videos>. Mi
contribución sobre el Antropoceno y el Chthuluceno fue hecha
por Skype, y está disponible en: <https://www.youtube.com/watch?v=1x0oxUHOlA8>.
14Encontramos
importantes ensayos de Vinciane Despret traducidos al inglés, ver Angelaki, v. 20, n. 2, número especial Etologia
II: “A curious practice”, publicado en 2015 y editado por Brett Buchanan, Jeffrey Bussolini y Matthew Chrulew, prefacio de Donna
Haraway.
Bruno Latour, “Facing Gaïa: Six Lectures on the Political
Theology of Nature”, Gifford Lectures, 18-28 de febrero de 2013.
15Ver
Stanley Robinson, 2312 (2012). Esta extraordinaria narracin de ciencia ficción ganó el premio Nebula a la mejor novela.
16Kim
17Nota del corrector: “The Dithering”, en la novela de Kim Stanley
Robinson.
18Ver Strathern (2013). Hacer parentesco es una práctica popular en alza, y los nuevos nombres también están proliferando. Vea
Lizzie Skurnick, That Should Be a Word (NY: Workman Publishing,
2015) para “parentinovador” (kinnovator), una persona que crea
familias de formas no convencionales, a la cual añado “parentinovación” (kinnovation). Skurnick también propone “clanarquista”
(clanarchist). Estas no son sólo palabras; son pistas y estímulos
para la creación de parentesco que no esté limitado a los dispositivos de la familia occidental, heteronormativos o no. Pienso que
16
los bebés deberían ser escasos, cuidados, y preciosos; y los parientes deberían ser abundantes, inesperados, duraderos y preciosos.
19“Genes”
es otra palabra, de origen patriarcal, que las feministas están usando. Los orígenes y los fines no determinan uno
al otro. Parientes y genes forman parte del mismo origen en la
historia de las lenguas indoeuropeas. Para esperanzadores momentos comunistas de intra-acción, vea <http://culanth.org/
fieldsights/652-gens-afeminist-manifesto-for-the-study-of-capitalism>, por Laura Bear, Karen Ho, Anna Tsing y Sylvia Yanagisako. La escritura es tal vez demasiado sucinta (aunque esos
resúmenes ayuden), y no hay ejemplos excitantes en ese Manifiesto para atraer al lector mal acostumbrado; pero las referencias dan muchos recursos para hacer todo eso, la mayoría etnografias fruto de trabajos de largo plazo, con íntima implicación y
profundamente teorizadas. Ver especialmente Anna Tsing (2015).
La precisión del abordaje metodológico en “Gens: a Feminist
Manifiesto for the Study of Capitalism” está en su abordaje sobre
aquellos pretendidos marxistas y otros teóricos que resisten al
feminismo, y que, por lo tanto, no se involucran con la heterogeneidad de los mundos de la vida real, pero quedan con categorías
como Mercado, Economía, Financiarización (o, me gustaría añadir, Reproducción, Producción y Población; en suma, categorías
supuestamente adecuadas de economía política socialista liberal y no feminista normalizado). ¡Go, Honolulu’s Revolution Books
y todos sus afines!
20Mi experiencia es que aquellos que me son queridos, como
“nuestro pueblo”, en la izquierda o cualquier nombre que aún
podamos usar sin apoplejía, escuchan neoimperialismo, neoliberalismo, misoginia y racismo (¿quién puede culparlos?) en
la parte “no bebés” de la frase “Haga parientes, no bebés”. Nos
imaginamos que la parte “Haga parientes” es más fácil, ética
y políticamente situada en terreno más firme. ¡No es verdad!
“Haga parientes” y “no bebés” son ambas difíciles; ambas exigen nuestra mejor creatividad emocional, intelectual, artística
y política, tanto individual como colectivamente, a través de las
diferencias ideológicas y regionales, entre otras. Mi sensación
es que nuestro pueblo puede ser parcialmente comparado con
el negacionismo cristiano de los cambios climáticos: creencias
y compromisos demasiado profundos como para permitir una
revisión del pensar y del sentir. Al revisitar lo que fue tomado
por la derecha y por los profesionales del desarrollo como “explosión poblacional”, nuestro pueblo puede sentirse como si
estuviera encaminándose hacia el lado oscuro. Pero la negación
no va a servir. Sé que “población” es una categoría de Estado, el
17
tipo de “abstracción” y de “discurso” que rehace la realidad para
todos, pero no para el beneficio de todos. Y también pienso que
evidencias de muchos tipos, epistemológica y afectivamente
comparables a las evidencias variadas para el rápido cambio
climático, muestran que 7-11 mil millones de seres humanos supone unas exigencias que no pueden ser soportadas sin inmensos daños a los seres humanos y no humanos en todo el mundo.
Este no es un asunto simple y casual; la ecojustiça no tiene un
abordaje de una única variable posible para los repetidos exterminios, empobrecimentos y extinciones en la tierra actualmente.
Pero culpar al capitalismo, al imperialismo, al neoliberalismo, a
la modernización o a algún otro “no nosotros” por la destrucción
en curso, sustentada por el aumento poblacional, tampoco va a
funcionar. Estas cuestiones exigen un trabajo difícil e incesante;
pero también exigen alegría, disposición y capacidad de respuesta para involucrarse con otros inesperados. Todas esas cuestiones son demasiado importantes para la tierra como para dejarlas
en manos de la derecha o de los profesionales del desarrollo, o de
otras personas de la rama de los negocios, como de costumbre.
¡Aquí es un parentesco-diferente-no-natal y sin-categoría!
Tenemos que encontrar maneras de celebrar las bajas tasas
de natalidad y de tomar decisiones íntimas personales para
crear vidas generosas y que florezcan (incluyendo un parentesco
innovador y duradero), sin hacer más bebés –urgentemente y especialmente, pero no sólo, en regiones, naciones, comunidades,
familias y clases sociales ricas, ricas y exportadoras de miseria).
Necesitamos educar a la población y hacer otras políticas que
involucren cuestiones demográficas sobrecogedoras por medio
de la proliferación de parientes no natales [NT: no sanguíneos],
incluyendo la inmigración no racista, ambiental y políticas de
apoyo social a los recién-llegados y de la misma forma a los “nativos” (educación, habitación, salud, género y creatividad sexual,
agricultura, pedagogías para nutrir los seres no humanos, tecnologías e innovaciones sociales para mantener a los ancianos
saludables, productivos, etc.).
El inalienable “derecho” (¡menuda palabra para un asunto corporal tan consciente!) personal de nacimiento o no de un nuevo
bebé no es la cuestión para mí; la coerción es un error en todos
los niveles imaginables en este asunto, y tiende a salir el tiro por
la culata, en cualquier caso, aunque se pueda tragar esa ley o
costumbre coercitiva (yo no puedo). Por otro lado, ¿y si se normalizara como expectativa cultural el que por cada nuevo niño
pudiera haber por lo menos tres padres comprometidos en su
vida (que no son necesariamente las parejas y que no generarían
nuevos bebés después de eso, aunque puedan vivir en casas de
multiniños, familias multigeneracionales)? ¿Y si las prácticas de
adopción efectivas por y para los ancianos se volvieran algo co-
18
mún? ¿Y si los países que están preocupados con las bajas tasas
de natalidad (Dinamarca, Alemania, Japón, Rusia, América blanca, entre otros) reconocieran que el miedo a los inmigrantes es
un gran problema y que los proyectos y fantasias de pureza racial
conducen al resurgimiento de un pro-natalismo? Y si las personas, en todos los lugares, buscaran pparentescos innovadores,
no sanguíneos, con individuos y colectivos en mundos queer,
descoloniales e indígenas, en vez de buscar en los segmentos
ricos y de extracción de riqueza europeos, euro-americanos, chinos o hindúes?
Es bueno recordar que las fantasias de pureza racial y el rechazo a aceptar a los inmigrantes como ciudadanos plenos
realmente dirigen la política ahora en el mundo “progresista” y
“desarrollado”. Ver Hakim (2015). Rusten Hogness escribió en
un post en Facebook el 9 de abril de 2015: “¿Que es lo que está
errado en nuestra imaginación y en nuestra capacidad de mirar al otro (tanto humanos como no humanos), que no podemos
encontrar formas de abordar las cuestiones planteadas por los
cambios de las distribuciones de edad sin hacer cada vez más
bebés humanos? Necesitamos encontrar maneras de celebrar
a las personas jóvenes que deciden no tener hijos, no añadir el
nacionalismo a la ya potente mezcla de presiones pro-natalidad
que existe sobre ellos. El pro-natalismo, en sus disfraces poderosos, debería estar en cuestión en casi todas partes. Digo “casi”
como una reserva sobre las consecuencias de un escándalo en
curso con el genocidio y el desplazamiento de pueblos. Lo “casi”
es también un estímulo para acordar el uso abusivo de la esterilización en la contemporaneidad, el uso de medios contraceptivos sorprendentemente impropios y dañinos, la reducción de
mujeres y hombres a meras cifras en las viejas y nuevas políticas
de control poblacional, y otras prácticas misóginas, patriarcales y racistas transformadas en negocio, como se hace en todo
el mundo. Ver, por ejemplo, Wilson (2015). Necesitamos un gran
apoyo, que asuma riesgos, entre unos y otros sobre todas estas
cuestiones.
Bibliografía disponible en Revista Latinoamericana
de Estudios Críticos Animales,
AÑO III – VOLUMEN I – JUNIO 2016,
http://revistaleca.org/journal/index.php/RLECA/article/view/53
19
Antropoceno, Capitaloceno, Plantacionoceno,
Chthuluceno: generando relaciones de parentesco.
Traducción del original
Alexandra Navarro
María Marta Andreatta
Donna Haraway, “Anthropocene, Capitalocene,
Plantationocene, Chthulucene: Making Kin,”
was first published in Environmental Humanities, Volume 6, pp.
159-165. © 2015, Donna Haraway.
Creative Commons license CC BY-NC-ND.
Licensed by the publisher, Duke University Press.
www.dukeupress.edu
This spanish translation: 2016, Revista Latinoamericana
de Estudios Criticos Animales. revistaleca.org
Official book translation/Spanish: © 2019,
Consonni/Bilbao, Spain, chapter 4
amiga rara, 2019, Madrid
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Jorge Arias Alvear
Diseño y maquetación
Amigas de la basura
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